[dropcap]E[/dropcap]n numerosas ocasiones se ha mantenido que el precio de la sostenibilidad del sistema sanitario público español es la precariedad y los bajos salarios de sus profesionales, es decir, que ese sistema sanitario “excelente” que tanto se pregona, no es mérito de una gestión excelente, sino del esfuerzo poco reconocido y mal retribuido de los profesionales que trabajan para el mismo.