Hace unos días, el salmantino Ángel Cruz logró el galardón de ser ‘El mejor barbero del año’, ahora nos explica por donde va la tendencia de la barba, porque al igual que el corte de pelo, la barba cambia de estilo en cada temporada
La cultura hipster es una subcultura de jóvenes bohemios de clase media que se ha ido imponiendo paulatinamente y ello ha hecho que las barberías de hombres viven un momento dulce. «La barba, la nostalgia de los años 50 nos ha beneficiado», explica el salmantino Ángel Cruz, elegido ‘El Mejor barbero del año’. Aunque reconoce que en Salamanca no ha experimentado el mismo auge que en Andalucía, Cataluña o Madrid.
Quizá la estética de la barba reivindique la masculinidad en estado puro, atrás han quedado los metrosexuales, donde se imponía el culto a la estética, aunque si se mira bien, ambos extremos se atraen, ya que tener y mantener una barba, requiere muchos cuidados y atenciones.
Al igual que en el peinado y en la moda textil, la barba también entiende de preferencias y estilos. Ángel Cruz explica que la tendencia la marca Londres y Nueva York y que ahora la barba no es tan poblada, «más bien, se tiende a la que se veía en los 80, más desfilada, recortada y arreglada».
Las barberías han dejado de ser coto privado de los hombres, según apunta Ángel Cruz «son muchas las mujeres que se decantan por este oficio y además, muy buenas. Nosotros, en la plataforma Barberos 3.0 contamos con mujeres excepcionales en este oficio». De hecho, Las Barberas de Sevilla son un referente en cuando a vanguardia y la propia mujer de Ángel Cruz, Yolanda, es una «excelente barbera».
Esta plataforma suele mostrar sus trabajos en la calle a través de su programa ‘Barberos Callejeros’, donde 60 profesionales muestran sus trabajos en plena calle. «Estamos en constante aprendizaje, nos debemos a nuestros clientes y sólo buscamos que se vayan satisfechos», puntualiza ‘El mejor barbero del año’.
Cruz lleva en su oficio desde hace 23 años, comenzó «porque era mal estudiante» y encontró su vocación. «Tengo clientes de toda la vida, que con el tiempo son algo más que personas que vienen a la barbería a que les arregle el pelo o la barba».