[dropcap]¡N[/dropcap]o! No se trata de lo que motivó un crimen u otra irregularidad. Aunque, viéndolo bien, puede que no nos falten esos móviles.
¡No! De lo que voy a escribir hoy es del otro móvil, de nuestra cruz o nuestro alivio –según–: del teléfono móvil.
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– Hoy me he dejado el móvil en casa. ¡Qué suplicio! ¡No puedo vivir sin él! ¿Me habrá llamado alguien? ¡Mira que si ha ocurrido algo y no me han podido avisar! ¿Se habrá puesto alguien enfermo? ¿Y si se ha muerto?
«¿Qué hago? ¿Dejo todo y me voy a casa a por él? ¡Sí! ¡Voy corriendo! ¡O mejor, cojo un taxi para no perder el tiempo teniendo que aparcar!
….
«¡Buff! ¡Qué alivio! ¡No hay llamadas entrantes! ¡No ha muerto nadie!
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Este interesante monólogo interior es muy corriente. Y uno se pregunta cómo se podía vivir hace años, sin el móvil dichoso. Si fuésemos muy jóvenes no lo comprenderíamos, y quizás llegásemos a pensar que antes se vivía en el Paleolítico.
Y sin embargo ¡qué felices éramos sin esa preocupación! Que pasaba algo y necesitaban de nosotros o teníamos algún apuro… ¡Pues se procuraba solucionar! ¡Siempre había ayuda de quien menos lo esperabas! Y se hacían grandes amistades por esa solidaridad mutua.
¿Cuántas veces estás ahora tan tranquilo, haciendo tus cosas, ensimismado, y una llamada inoportuna –que a lo mejor no es para ti–, interrumpe el hilo de tus pensamientos, que luego eres incapaz de retomar? ¿A que a veces te dan ganas de estrellar el aparatito contra el suelo? Y cuando te despierta de tus dulces sueños: ¡qué!
Piensa un poco, recapacita, y te darás cuenta de que el móvil no es vital. Si se te olvida en casa… ¡no pasa nada! Ya verás, cuando regreses, sosegadamente, quien te ha llamado.
¡VIVE TRANQUILO, CARAMBA, VIVE TRANQUILO!
11 comentarios en «El móvil»
Querido Emiliano,
¡Cuánta razón tienes! Con las redes sociales y el wasap los móviles requieren una atención constante. Un día lo voy a coger y lo voy a tirar al Tormes.
Un abrazo,
Emilio
¡No lo tires, que están muy caros! ¡Aguanta! Aunque a veces dan unas tremendas ganas de hacerlo.
Un abrazo.
Atinada reflexión, Emiliano.
Ahora tendremos que hacer una especie de «deconstrucción» para volver a rescatar espacios y tiempos que los «chips» en connivencia con nuestro cerebro, algo maltrecho, nos han arrebatado.
Un fuerte abrazo.
a solución es muy simple: ¡No hay más que dejar adrede el móvil olvidado en casa! ¡Y ya se arreglará el mundo!
Un abrazo
Pues claro que sí. Tenía encanto el no estar siempre localizado ¿verdad? Sin embargo ahora, ya ves… Buena y oportuna reflexión. Un abrazo
Pues lo de la localización y espionaje de datos no ha hecho más que empezar. ¡Va a ser terrible! En el futuro tendrán registro de hasta las veces que vamos al servicio. Pero me imagino que la gente estará acostumbrada. ¡Mejor no pensarlo!
Un abrazo
Emiliano: ¡¡¡eres un artista¡¡ Yo hace mucho que guardo distancias con el movil.En la edad media este asunto estaría solucionado:¡¡¡¡a la hoguera con los usuarios¡Estamos perdiendo el maravilloso uso de las palabras, la conversación, la convivencia para contarnos cosas, el «cotilleo» sano y creador de biografias. Tu dibujo lo he imprimido y está en un buen lugar para amenazar a los delincuentes ocasionales. ¿Te imaginas al pobrecito Cervantes con un movil?. Comprueba la incapacidad de muchos «jovenes» de redactar UN DESEO¡¡¡. Dá miedo. Un abrazo y enhorabuena. Loli
Querida Loli: ¡Ya sabía yo que tu, como persona inteligente, ves en el móvil sólo una herramienta! Y lo mismo digo de los ordenadores, y demás artilugios del progreso. Aunque ¡eso sí! nos ayudan un montón. Por ejemplo, antes, cuando escribíamos a máquina, si te equivocabas, había que hacer jerebeques para corregirlo, si no es que tenías que escribir toda la página de nuevo… Pero eso no quiere decir que no podamos vivir sin ello… ¡HE DICHO!
Un abrazo, querida amiga
Suscribo todo lo que dices,esta cajita nos está chantajeando….Pero debemos olvidarla de vez en cuando,¿ Para qué?..para recuperar silencios,pensamientos,sueños y privacidad….¡qué encanto aquel ayer!…Bienvenido el progreso ,pero,sin enloquecer.Buena reflexión en este día contemplado a través de mi ventana….Un abrazo.
¡Ay, Azucena! ¡Si nos ponemos a pensar cuantas cosas inútiles llenan nuestra vida! Luego, llega uno a una edad en que te das cuenta de cuántas de ellas, que en su momento nos parecieron tan necesarias…, luego las desechamos. Libros, colecciones de cosas, adornos. ¡Y entonces le das más valor a lo que vale de verás!
Un abrazo muy fuerte
Si el movil ¿qué es?