Tras la dimisión de 17 de los 38 miembros de la comisión ejecutiva del PSOE (el equipo que dirige el partido en el día a día), Pedro Sánchez comienza a recibir apoyos internos y, sobre todo, externos, en no pocos casos como reacción y condena hacia las maniobras que se han organizado para derrocarlo más que por mera simpatía con el líder socialista.
Los llamados críticos, que han protagonizado una revuelta interna para derrocar a Pedro Sánchez y su equipo por negarse a dejar que gobierne el PP, han tenido que aceptar una primera derrota, ya que el secretario general mantiene su hoja de ruta, con la convocatoria del comité federal para este fin de semana, las primarias en octubre para elegir secretario general, y congreso del partido en noviembre.
El comité federal lo forman entre 500 y 2.000 miembros de todas las federaciones regionales, 21 de ellos de Castilla y León (hay, en teoría diez en contra de Sánchez, entre ellas las dos representantes de Salamanca, y once a favor del actual secretario general del partido).
Allí se verá la correlación de fuerzas y se decidirá, en su caso, la fecha de las primarias y del congreso posterior. La dirección actual del partido baraja fijar las primarias antes del 23 de octubre para que la militancia decida quién quiere que dirija el partido, y el congreso los días 12 y 13 de noviembre.
La secretaria general del PSOE andaluz y sobre quien centra el foco del origen de la revuelta interna contra Sánchez, Susana Díaz, compareció este jueves para pedir que el congreso del PSOE se celebre cuando haya Gobierno, con lo que da por hecho que debe gobernar el PP y eso solo sería posible con el consentimiento o el apoyo del PSOE, algo a lo que se opone Pedro Sánchez. Sobre Podemos dijo que «no van a hacer con el PSOE lo que han hecho con IU».