El Manchester Arena, un pabellón deportivo con capacidad para 21.000 espectadores, estaba abarrotado de niños, adolescentes y sus padres para presenciar el concierto de Ariana Grande, una cantante muy popular entre el público más joven.
Eran las 22.30 horas (una más en España) cuando finalizaba la actuación cuando se escuchó una detonación.
El estruendo procedía del vestíbulo que une el Arena con la estación de tren Victoria, que está cruzando la calle.
En seguida aparecieron víctimas ensangrentadas y cundió el pánico justo cuando el público trataba de abandonar el recinto. En los vídeos grabados con teléfonos móviles se ven escenas de terror y desconcierto en el desalojo del Arena.
La Policía ha confirmado que se trata de un atentado suicida que, por el momento, ha ocasionado 22 muertos y 59 heridos graves. Entre las víctimas hay niños y adolescentes.
Este ataque se produce a un mes de las elecciones generales en el Reino Unido.
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