La Central Sindical Independiente y de funcionarios (CSIF) demanda la instalación de desfibriladores, y la realización de programas de formación en reanimación cardiopulmonar para los empleados, en los servicios y centros de trabajo dependientes de la Administración Central, como parte de sus planes de prevención de riesgos laborales.
Así lo ha solicitado el presidente del sector de Administración General del Estado (AGE) de CSIF Castilla y León, Juan Carlos González Sanz, en un escrito remitido al delegado del Gobierno en la Comunidad.
González considera que cada centro o edificio administrativo debería contar, al menos, con un desfibrilador, además de establecer un protocolo de actuación y de formar a los trabajadores en su uso. “En CSIF queremos abrir un debate en torno a la importancia de contar con estos desfibriladores, que se han demostrado extraordinariamente eficaces para la reanimación cardiopulmonar y, por tanto, en la salvación de vidas ante estas incidencias”, ha afirmado.
CSIF explica que las probabilidades de sobrevivir a una parada cardiorrespiratoria (PCR) se reducen a la mitad tras el sexto minuto. Asimismo, iniciar la atención de un soporte vital sanitario después de que hayan transcurrido los primeros ocho minutos “se asocia a un incremento significativo de la mortalidad extrahospitalaria”, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Por ello, CSIF recalca “la necesidad” de impulsar programas de formación en materia de reanimación cardiopulmonar, para los empleados, así como una mayor implantación de desfibriladores en los centros administrativos de la Administración General del Estado, “especialmente en centros con mucha afluencia de personas, o en aquellos que están en localidades más aisladas”. La petición también se enviará a las diferentes subdelegaciones de la Comunidad.