Ricardo Cavolo protagoniza el reportaje de ‘Tendencias’ de este mes de la revista AR. Hasta aquí, todo correcto, nos llamó la atención que el texto comenzara así. «Hace ocho años, este ilustrador de 35 años decidió dejarlo todo para dedicarse a lo que le gustaba, pintar. Había estudiado Bellas Artes en su ciudad natal, Salamanca». Sí, qué le vamos a hacer, si una persona triunfa y además es charro… mejor.
Ricardo Cavolo está calificado como uno de nuestros ilustradores más internacionales. Ha trabaja para el Circo del Sol, que fue lo que le lanzó a la fama. Pero sus dibujos también se pueden ver en prendas de una colección de Zara y en otras de la firma de Alexander McQueen.
La colección que ha ideado para Zara son una minifalda vaquera, jutno a otras creaciones como el corpiño hecho junt a Maya Hansen, para el Mulafest 2016, las zapatillas con el ‘ojo’ de Cavalo, las parkas Shine y la cazadora tributo a Johnny Cash, según se puede leer en el reportaje de AR.
En la misma entrevista menciona a su padre, pintor y ahora profesor de instituto, de quién aprendió mucho. «Él me dio la sabiduría y la libertad para que la usara como yo quisiera».
Recuerda que la primera exposición seria la hizo en Salamanca y que es el germen de su libro, Periferias. «Hasta ese momento seguía trabajando en publicidad y era por la noche cuando dedicaba tiempo a mis dibujos, que colgaba en un blog para que mi padre fuera viendo mis progresos».
Hacía muchos dibujos de un circo de los años 30, que recordaba a la película La parada de los monstruos, de Todd Browning. La casualidad quiso que miembros del Circo del Sol los vieran y le encargaran carteles e hizo el de Corteo y la repercusión fue mundial.
Ha expuesto en ciudades como Montreal, México, Madrid y Barcelona, donde vive actualmente. También se pueden ver murales con su firma en tiendas de la cadena Urban Outfitters de Hong Kong o Colonia, en las calles de Querétano o Moscú y en Madrid, donde se pueden apreciar en el campus de Google, también en la calle Ramón y Cajal de Getafe o en la fachada de la tienda Kaotiko, en Fuencarral.
