[dropcap]E[/dropcap]n dos de mis últimas «ocurrencias» hablaba de un lugar recordado en una sesión de musicoterapia. En esos mágicos momentos viene a tu mente algo que amas, donde tuviste instantes de tranquilidad, de sosiego, que se te clavaron en el alma.
Pero con mayor frecuencia es el paisaje, el lugar, al pasar por allí, el causante del recuerdo de unos hechos que allí me ocurrieron.
En ocasiones, al visitar un sitio histórico recreo lo que allí pasó en otros tiempos. Por poner un ejemplo, citaré el valle plano entre Calvarrasa de Arriba y los Arapiles, donde ocurrió la célebre batalla en 1812. «Aquí estaba el Cuartel General Francés» -pienso- o «En este bosquecillo esperó agazapada la caballería británica que decidió el final«, o «Aquí murieron centenares de hombres, desgarrados por las bayonetas o por los proyectiles«. Y como he leído mucho sobre aquel suceso, desde que siendo adolescente me emocioné con Pérez Galdós, siento dentro de mí el fragor del combate, el griterío de vivos y moribundos.
Otras veces, al ver una preciosa fachada o torre románica, cualquiera de esas pequeñas joyas que tanto proliferan y adornan nuestra geografía, siento la fe que las levantó, el estupor de aquellas gentes, asombradas al ver surgir en su aldea tan primorosa iglesia, donde veían, en esculturas y pinturas, santos, guerreros, vegetales y animales fantásticos, plasmados en arcos, capiteles y canecillos, donde aquellos anónimos artistas daban rienda suelta a su imaginación, muchas veces calenturienta.
Otros lugares los asociamos a una persona querida. El sitio habrá cambiado -no se puede evitar- pero el recuerdo de ella, no. Volvemos, en esos momentos, a verla tal como era y apreciamos el lugar nuevamente, como estaba antes. Eterno…
A mí me pasa eso. Y me ha inspirado esto:
EN ESTE LUGAR
Cuando no te conocía,
ni sabía de tu existencia,
y por aquí paseaba
¡SOÑABA CONTIGO!
Luego, tú y yo en este lugar,
donde tan felices fuimos,
ya no estaba yo soñando,
¡TE TENÍA CONMIGO!
Hoy, al pasar tan cerca
y no estar tú,
nuevamente,
como hace tanto tiempo,
¡SUEÑO CONTIGO!
Y cuando no pueda ir,
ni moverme, ni escribir;
sólo estar solo
con mis recuerdos,
¡SOÑARÉ SIEMPRE CONTIGO!
6 comentarios en «En este lugar»
Querido Emiliano,
Hace un par de semanas que no te hago comentarios y no creas que es porque no lea tu Blog, que lo leo asiduamente ni tampoco porque no me guste lo que dices, que siempre me parece muy interesante, asi que hoy tenía que comentarte algo ya por necesidad, pero es que además tengo mucha curiosidad por dos cosas:
1) ¿Qué es lo que hay pintado en tu grabado justo encima del puente? Seguro que es algo y que significa algo pero no se llega a ver bien, bueno yo por lo menos no lo llego a ver bien del todo.
2) Siempre eres tan meticuloso indicando los lugares de las imágenes y en tu segunda foto de hoy, que se ven como unas ruinas, no nos dices lo que es. ¿Puedes indicarlo?
Muchas gracias y a ver si nos vemos pronto. Tengo que hacerte también una pregunta sobre la batalla de los Arapiles que es la siguiente: ¿Cómo es posible que, después de tanto gasto que hizo el ejército francés en murallas para su defensa en la ciudad de Salamanca, destruyendo cantidad ingente de edificios históricos a tal fin, viniese luego a enfrentarse al enemigo en los Arapiles? ¿por qué no se mantuvieron en Salamanca, en el interior de la zona defendida por la muralla, prácticamente inexpugnable? Ya me dirás qué te parece…
Un abrazo y hasta pronto
Querido casitocayo: la que está encima del puente es mi gatita Nena, que hacía poco había muerto. ¡No la puedo olvidar! Las casi ruinas son de un lugar cercano a Ferreira de Valadouro. Su nombre es Villa Rogelia. Es uno de tantos sitios inolvidables para mí, donde se respira paz y soledad ¡Ay, mi Galicia, cuando te volveré a ver!.
Lo de la batalla de Arapiles yo lo comparo a un combate de boxeo o de otro tipo de lucha: se están estudiando con respeto hasta que empiezan los golpes. Por entonces ambos ejércitos se vigilaban en una larga serie de maniobras sin empezar el combate. Al fin los franceses creyeron encontrar el lugar adecuado y, no es que se equivocasen, es que los ingleses reservaron su caballería para dar el golpe decisivo. La destrucción del Teso de San Vicente y de la Peña Celestina fue continuación, lo mismo que los combates de Alba de Tormes y de Garcihernández.
Un abrazo muy fuerte
Precioso poema que conmueve y emociona. Coincido contigo sobre la fuerza que tienes ciertos lugares para evocar bellos recuerdos y sensaciones. Enhorabuena y un fuerte abrazo
Muchas gracias, querido amigo. Un abrazo muy fuerte
conmovedor. Gracias siempre
De nada, querida Juli. Me alegra saber que te gustó. Un fuerte abrazo