[dropcap]N[/dropcap]o es que haya estado preocupado. ¡No! Era, simplemente, curiosidad…
Retrocedamos un año. Justamente, un año. La noche del 16 al 17 de julio del pasado, 2016, tuve un sueño de esos que te desasosiegan.
Era un río de aguas muy agitadas, muy revueltas. En una plataforma flotante iban montados doce bolos, bien colocados, en perfecto equilibrio. Aguas arriba venía semisumergido otro bolo, diferente a los de la plataforma.
Sin saber cómo este bolo sustituyó a todos los demás, que quedan a la deriva, sosteniéndose como pueden en las inquietas aguas, cada instante más turbulentas…
Sentí esto en mi interior durmiente; me parecía como que yo era uno de aquellos bolos y me estaba ahogando… Creo que grité angustiado… Y me desperté, bañado en sudor, aterrado… Me costó mucho conciliar de nuevo mi dormir…
A la mañana siguiente recordaba íntegramente aquella terrible pesadilla y me puse a pensar en su significado. ¿Sería yo como el bíblico José? ¡Doce bolos! ¡Precisamente doce! ¿No serían los meses de un año? ¿Qué pasaría al cabo de ese tiempo? ¿Y a qué nivel? ¿Personal, familiar, local, nacional, mundial?
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¡Ya llegó! ¡Ya pasó la fatídica noche del 16 al 17 de julio de 2017! ¿Qué ha ocurrido en ella? ¡NADA!
¿Nada de nada? De momento, nada. Me he levantado como todos los días y he hecho lo de siempre… Dormí mal, pero eso es lo normal… ¡Qué pena! ¡No soy como el bíblico José!
Pero… ¡Un momento! Si los doce bolos de la plataforma eran los meses de un año, el que los empuja y sustituye ¡TAMBIÉN LO ES…!
Por tanto la premonición de mi sueño puede no ser la referente a una noche concreta, sino a lo que puede ocurrir durante este mes de julio… ¿Qué pasará?
El día uno –o puede que el diecisiete– de agosto lo sabremos… ¡Paciencia, que todo llega!
6 comentarios en «El bolo varado»
Divertido. Interesante para los estudiosos de los sueños y el subconsciente
Desde luego, da que pensar. ¿Qué pasará? ¡Qui lo sa!
Un abrazo
Yo trabajaba en la piscifactoría de Alba de Tormes, teníamos una temperatura muy baja en la sala de elaboración, todos íbamos vestidos de blanco y con gorritos del mismo color; a veces bajaba la encargada con indicaciones desde los pisos superiores de los jefes, a mi me daba la sensación de que cuando abría la puerta tiraba una bola (la orden) y hacía caer varios bolos (nosotros las trabajadoras obreras).
Lo que cuentas es de lo más curioso. Me alegra saber que mi relato te haya traído estos recuerdos. Un abrazo
Hola Emiliano; si que al menos….es verdad….eso contado-soñado. Por aquí, en la corteza terráquea solo vivificas los sentidos cerebrales. Los otros….son espejos. Los sueños……son adelantos en algunos a predestinar los sucesos en este horizonte-sucesorio. Un saludo. Agur