No era lo que contaba, sino cómo lo contaba. Historias sencillas que él adornaba con sus giros y su lenguaje oral y corporal propios que tan hondo calaron entre nosotros. Surrealista, hablaba inglés como la mayoría en la intimidad. Pero tenía una gracia que cautivó a toda España, por la gloria de mi madre.
Chiquito de la Calzada nos ha dejado pero su legado perdurará durante mucho tiempo porque nos ha metido en la cabeza y en el lenguaje popular algunas de sus creaciones.
Míticas son sus expresiones con las que adornaba sus historias mientras gesticulaba con las manos juntas y los brazos doblados, o caminando con pasos cortos o levantando aparatosamente las rodillas y con la mano en la espalda, moviéndose más que los precios.
Por la gloria de mi madre, ¿te das cuén?, fistro diodenal / vaginal, mamatoma, torpedo, la meretérica, ¿cómor?, moralmente ciego, diplomáticamente sexual, me cago en tus muelas, pecador de la pradera, cobarde, siete caballos vienen de bonanza,…. está la cosa muy mal, una guarrerida sexual / guarrerida española, no puedo no puedo, físcamente moralmente, harl,… Hasta luego, Lucas.
Ahí van algunos de sus chistes.