[dropcap]E[/dropcap]l próximo 25 de noviembre se celebra el día de la No Violencia de género.
Somos muchas las personas que no nos gustaría tener que mencionar esta fecha porque eso significaría que este tipo de violencia estaría erradicada.
El caso de María, nos hace reflexionar y a su vez el deber de actuar y apoyar esta causa. Esta mujer sufrió durante 15 años maltrato físico y psicológico. Ella no trabajaba fuera de casa, se dedicó a cuidar primero a su hijo mayor, que hoy tiene 24 años, y tras seis años de violencia, pensó que tener otro hijo ayudaría a solucionar los problemas de convivencia con su marido. Se equivocó.
El mal trato fue en aumento. Fue víctima de vejaciones, humillaciones, violaciones y agresiones, incluso delante de sus hijos, a los que también comenzó a maltratar. En este momento tomó conciencia del peligro y temió por su integridad y la de los niños y puso fin a su matrimonio, pero no tuvo el valor de denunciar a su esposo.
El miedo la paralizaba sobre todo al no tener una independencia económica. Nos comenta que la idea de no poder ofrecer a sus hijos una vida con las necesidades mínimas le producía una angustia y un sentido de culpabilidad muy fuerte.
Para agilizar su separación renunció al derecho a obtener una cuantía económica para ella, pero peleó por la de sus hijos.
María pensó que cuando lograra alejarse de su ex marido acabaría el calvario, pero no fue así. Él no superó que fuera ella la que diera el paso e hizo de la convivencia con sus hijos una guerra permanente.
Estos chicos, hoy sufren y el menor, al que maltrató cuando iba con su padre, un día dejó de acudir a sus visitas y no ha vuelto a tener contacto ni con él, ni con el hermano, que se posicionó junto a su padre ya que le ganó a base de darle cuantías económicas.
María ha demostrado ser una mujer y madre muy valiente y ha podido salvarse a pesar de tener a su lado a un hombre, que por un lado era encantador y por otro un demonio.
Desde estas líneas animamos a todas las mujeres que se encuentran bajo el yugo del maltrato, que tengan el valor de denunciar y pedir ayuda cuando aun estén a tiempo.
Teléfono: 016. No deja rastro.