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La cooperación, el arma contra la inmigración ilegal

cooperación para el desarrollo
Grynspan, Mañueco y Gonzalo Robles, ayer en el Paraninfo de la Universidad.

Salamanca se ha convertido en el epicentro de la cooperación internacional. El Paraninfo de la Universidad de Salamanca acoge desde este jueves unas jornadas en las que expertos internacionales en cooperación buscan medidas que permitan favorecer un desarrollo equitativo en los países con rentas medias en los próximos años.

Se trata de consensuar las líneas de actuación de la comunidad internacional con el fin de contribuir al crecimiento sostenible de los países menos favorecidos, continuando la labor emprendida a partir del año 2000 con la aplicación de los llamados Objetivos del Milenio.

Ese programa ha permitido reducir a la mitad la pobreza en el mundo, se ha ampliado el acceso al agua y a los tratamientos en esos países y se han producido avances en la igualdad de género, según explicó el secretario general de Cooperación Internacional para el Desarrollo, antes del inicio de las jornadas que se prolongarán hasta este viernes.

“Si no hubieran existido los objetivos del milenio el mundo hoy estaría algo peor. El mundo ha mejorado desde el año 200 y se pretende proyectar ese impulso hacia el futuro a partir de 2015, cogiendo lo positivo de la experiencia anterior, retomando los objetivos que quedan por conseguir y plantear otros nuevos relacionados con la sostenibilidad”, comentó.

Los nuevo objetivos buscarán favorecer un crecimiento “inclusivo” en los países pobres, par que sus economías no sólo crezcan nominalmente, “sino que ese crecimiento llegue a todas las capas de la sociedad”, dijo Robles.

La cooperación para el desarrollo permitirá mejorar las condiciones de vida en los países que ahora son emisores de inmigración ilegal y un foco de inestabilidad internacional, porque son el caldo de cultivo del terrorismo islámico.

Ayuda al desarrollo

“Cuando sabemos que en África hay hambruna, pobreza crónica y desesperanza no podemos cerrar los ojos ante esas cosas, porque una sociedad lo que no paga de una forma lo paga de otra. Si la UE no ayuda a los países empobrecidos los tendremos llamando a la puerta de Europa y no podemos asumir millones de personas. Por lo tanto, la alternativa es la ayuda al desarrollo. Ayudar a fijar esas poblaciones, a darles esperanza, derechos humanos, los mismos estándares de vida que ellos vienen buscando y que nosotros tenemos”, explicó Robles.

Además, la cooperación contribuye a reducir la inestabilidad que genera la pobreza, “por lo tanto -prosiguió-, ayudar a esos países es contribuir a nuestra seguridad. La cooperación es un acto de justicia y solidaridad, pero también un acto inteligente, porque ayudando al desarrollo nos ayudamos a nosotros”.

Entre los asistentes a la inauguración de las jornadas para un crecimiento equitativo en los países pobres asistieron entre otros, la nueva secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, y la exministra socialista de Sanidad Leire Pajín.

 

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