El acusado de abusar de su compañera de piso dice que el deseo «era mutuo»

Se enfrenta a 6 años de cárcel por agresión sexual a una chica erasmus
El acusado, antes de comenzar el juicio.

Este miércoles se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Salamanca el procedimiento judicial contra J.G.C. por, presuntamente, agredir sexualmente a su entonces compañera de piso. Los hechos tuvieron lugar en junio de 2013, cuando el acusado asistió al concierto de Supersubmarina y regresó al apartamento que ambos compartían en grave estado de embriaguez con la intención de mantener relaciones sexuales.

 

Según el relato de la víctima, una joven de origen alemán que estaba de erasmus en Salamanca, ella llegó a su casa aquella noche en torno a las 4.00 horas de la madrugada. Vio que no había nadie despierto (además de J.G.C., allí vivían otros tres varones), por lo que se fue a dormir a su cuarto. De repente, se despertó porque sintió el peso de otra persona sobre ella que estaba respirando muy fuerte. La víctima declaró que hubo tocamientos y penetración con la mano, pero no besos.

Cuando se levantó y se percató de que era su compañero, le empujó para apartarle de ella y escapó de él, repitiendo “no” constantemente. Ella le preguntó que qué estaba haciendo y él le respondió que quería tener sexo esa noche con ella. Aunque ella consiguió echarle de la habitación, él volvió a entrar, insistiendo, y ella siguió repitiendo que “no” hasta que, finalmente, desistió y se fue.

La víctima declaró en el juicio que no salió de su habitación porque tenía miedo, hasta que dejó de oírle moverse por el apartamento. Al día siguiente, no fue inmediatamente a la Policía porque no sabía qué hacer. Finalmente, acudió a las autoridades un día más tarde porque se lo aconsejaron sus amigos. Según narró, aquel día lo pasó en la comisaría y en el hospital y no tardó en regresar a Inglaterra, donde reside con su familia.

El acusado mantiene que no recuerda nada de lo sucedido debido a su estado. Según su historia, intentó a ir a trabajar después del concierto, pero no le dejaron, por lo que decidió ir a su piso. Él cree que todo es una invención de ella, pero tampoco niega explícitamente los hechos. Cuando se percató de la puesta en marcha del procedimiento judicial, unos días más tarde, le mandó un mensaje a su compañera a través del correo electrónico en el que aseguraba que, aunque no recordaba nada, sentía que debía disculparse. “Nunca he querido hacerte daño”, añadía.

No se volvieron a ver en años debido a que ella no quería volver a España, hasta noviembre del año 2014, cuando la víctima fue al pub donde él trabajaba y le miró fijamente durante unos minutos. Según él, lo hizo de forma amenazante. Según ella, quería demostrarle que ya no le tenía miedo y que no estaba dispuesta a mantenerse alejada de una ciudad que le encanta por su culpa.

Según lo manifestado por ambos, no fue el primer incidente similar. Él ya habría tocado el pecho de ella con anterioridad sin su consentimiento, aunque él asegura que el deseo era mutuo.

Puesto que la denunciante no cuenta con acusación particular, el Ministerio Fiscal pide seis años de prisión para el detenido. Durante la vista, el fiscal le preguntó a la víctima si quería que siguiese manteniendo la petición de una indemnización de 10.000 euros. Ella respondió que “no quiero dinero, quiero justicia”, aunque, finalmente, se mantiene (el fiscal mantiene la petición de inmunización si la persona que denuncia duda o no está segura).

Texto y foto: P. C. M.

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