El médico que se masturbó delante de una paciente que acudió a su consulta en el centro de salud e Guijuelo ha sido condenado a dos años de prisión por un delito de abuso sexual con abuso de confianza. Al no superar la condena los dos años no entrará en prisión porque carece de antecedentes, pero no podrá ejercer la profesión porque también ha ido inhabilitado durante ese periodo.
El médico de Guijuelo acusado de masturbarse delante de una paciente aseguró el pasado 8 de mayo, durante el juicio en el juzgado de lo Penal número 2 de Salamanca, que en realidad se estaba rascando el muslo y el glande zona en la que dice sufrir una infección que le ocasiona un “picor intenso”.
“Alguien que se rasca no se chupa la mano para seguir masturbándose”, declaró la mujer que sufrió y grabó la escena, quien desveló que estaba en estado de shock cuando se estaban produciendo los hechos.
Insistió en que el doctor se estaba masturbando y que durante el reconocimiento le rozó los pechos con sus manos y sintió su pene erecto sobre su trasero, pero que ella le dijo “¿qué hace?” y él se apartó.
Dice que la enfermera tuvo que verlo, pero esta última negó en el juicio haber presenciado esos hechos.
Unos hechos ocurrieron el pasado 10 de octubre a las 7 de la mañana, cuando la mujer se desplazó al centro de salud de Guijuelo “porque me levanté con un dolor de espalda tremendo”.
Al llegar “llamo desesperadamente y me abre este hombre. Le digo que llevo una hora con el dolor y que no puedo más. Me levanta la camiseta a ver lo que es y mientras me toca la espalda me roza con sus partes íntimas. Me quedo en shock y le digo que qué hace y dice nada”.
La mujer asegura que no daba crédito a lo que le estaba ocurriendo. “Mientas la enfermera me prepara las inyecciones él se toca estando sentado en la mesa y yo sentada en frente”, explica.
“Con todos mis dolores cojo el móvil e intento grabarle. Os digo de verdad que he pillado ya muy poco, todo el tiempo que estoy en la consulta él se está tocando”, asegura.
La enfermera salió del cuarto con las inyecciones, lo miró, se percató delo que pasaba “y como si nada. Y yo pensando para mí, ¿en serio no se darán cuenta que sí me doy cuenta de lo que están haciendo? Eres un ser despreciable, un hijo de puta, no te mereces ese uniforme”, protesta la víctima en su cuenta de Facebook.