Podemos Salamanca ha propuesto este jueves reducir la velocidad en la ciudad con carácter general a 30Km/h, «lo que se traduciría en unas calles más tranquilas, paseables y vivibles, un espacio público que sea un servicio a la ciudadanía».
Indica que, en los últimos años, Salamanca no consigue acabar con los atropellos, ni siquiera con los atropellos mortales, «posiblemente porque no se está apostando con claridad por la reducción de velocidad, limitada por el Ayuntamiento a gestos simbólicos y a unas pocas calles, cuando la velocidad es el factor determinante en la gravedad y mortalidad de los atropellos».
Según señala el estudio académico “Impact speed and a pedestrian’s risk of severe injury or death”, un atropello a 30 km/h tiene menos de un 5% de mortalidad, que se dispara al 30% de mortalidad a los 50km/h, por encima del 50% a los 70km/h y por encima del 75% a los 80km/h.
Podemos que «es, por tanto, evidente que no basta con reducir los atropellos, se debe reducir la velocidad de los vehículos para bajar o eliminar la gravedad de los mismos, como han hecho ciudades como Pontevedra o Nueva York, reduciendo la velocidad en las vías con más accidentes».
Considera que el tráfico «nervioso, rápido de Salamanca expropia el espacio público a la ciudadanía, diseñando una ciudad para los coches, que ni siquiera cuenta con caminos escolares seguros para nuestros niños, accesibilidad completa o plazas de aparcamiento suficientes para las personas con movilidad reducida».
Ignacio Paredero, secretario general de Podemos Salamanca ha recordado que “si otras ciudades lograron eliminar los peores accidentes reduciendo la velocidad de los vehículos, y sabemos que la velocidad es el principal factor de riesgo, hay que ser valientes y apostar por una movilidad tranquila, una movilidad que dibuje una ciudad donde se pueda andar y vivir mejor.”
Carmen Díez Sierra, vicesecretaria general de Podemos Salamanca, ha puntualizado que “la semana de la movilidad tiene que traernos algo más que meros gestos. El PP al menos debería cumplir sus promesas de movilidad y empezar por aquellas que más afectan a quienes nos desplazamos a pie. Como mínimo, eliminar los semáforos ámbar, fuente de inseguridad, de sustos y de accidentes”.