El ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato del Partido Social Liberal (PSL), se ha convertido en el nuevo presidente electo de Brasil tras cosechar el 55,16% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Su rival, el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, obtuvo el 44,84% de los sufragios.
Nacido en 1955 en Campinas, en el Estado de Sao Paulo, Bolsonaro es un firme defensor de la familia tradicional y mantiene un discurso alejado de lo que se consideraría políticamente correcto. Se le ha tildado de machista, racista, militarista y homófobo por declaraciones como «las mujeres deben ganar menos porque se quedan embarazadas» o «mis hijos nunca serán gays ni tendrán novias negras, los he educado muy bien».
El pasado 6 de septiembre, Bolsonaro dio el salto a las portadas internacionales cuando fue apuñalado en el abdomen con un cuchillo de cocina y se le empezó a comparar con Trump. Durante las elecciones, se ganó la simpatía de los brasileños decepcionados con la política tradicional, la corrupción, los problemas económicos y la violencia, que dejó en 2017 al menos 63.880 homicidios.
Además, cosechó los votos de quienes repudian al Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva, que gobernó el país entre 2003 y 2016.
Este domingo, cuando se hizo pública su victoria, el nuevo presidente brasileño se comprometió en un discurso a través de Facebook Live a «pacificar» el país y defender «la Constitución, la democracia y la libertad». «Mi Gobierno será defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. No es la promesa de un partido, es un juramento a Dios», afirmó.