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«Seguimos siendo tan neandertales como lo eran ellos»

Miguel Elías expone en el Casino de Salamanca 'Travesía al paraíso' hasta el 25 de noviembre
Miguel Elías expone en el Casino de Salamanca.

 

[dropcap]M[/dropcap]iguel Elías expone en el Casino de Salamanca su ‘Travesía al paraíso’ y nada más subir las escaleras te encuentras de frente con un semicírculo donde se mezclan el infierno, el purgatorio y el cielo y el papel que tiene el Apocalipsis… Parece complejo, pero como dice el propio artista: «no puede estar más de actualidad».

Miguel Elías expone en el Casino de Salamanca su ‘Travesía al paraíso’.

Infierno, purgatorio, cielo son palabras demasiado grandes que se nos escapan. De hecho, en tono de broma dicen que el infierno no existe ya porque es muy caro mantenerlo caliente y medioambientalmente no es sostenible.

Le preguntamos a Miguel Elías cómo es el infierno en el que vivimos ahora y nos dice que cuando comenzó a trabajar con la Divina Comedia, un libro del siglo XIV, de comienzos del Renacimiento, le sorprendió lo actual que es, como El Quijote, «libros eternos».  

¿Qué ha aprendido de la Divina Comedia?
Muchísimo. Es de una actualidad tremenda. Te habla de la corrupción, pero te la separa en distintos infiernos, porque hay diferencias. La dinero y la especulación. No puede estar más de actualidad. La de la ambición de poder, también. La de la lujuria, que es una mezcla entre la política y el dinero, porque están implicados ambos. Empiezas a leer y te das cuenta que los temas son de hoy en día.

Es que las pulsiones humanas no han cambiado a lo largo de la historia, aunque tus palabras las esté grabando con un móvil.
Sí, es así. Hace unos días hablaba con un naturalistas y llegaba a la conclusión de que hemos evolucionado mucho en la técnica, pero seguimos siendo tan neandertales como lo eran ellos. Emocionalmente y nuestras pulsiones son iguales. Por lo que nunca vamos a acabar con esto que decíamos, porque va con nuestro ADN. Él me contaba que los neandertales no se reunían más de diez personas en comunidades, porque si lo hacían, comenzaba la pugna, la corrupción,…

Volvamos a la Divina Comedia.
Te viene a contar eso. Pone todo lo malo y también lo bueno. El Infierno divido en nueve partes. Luego está el Purgatorio. Ahí se encuentran los que están cerca de todos estos males, pero no se han dejado vencer del todo. Han pensado en el bien, pero su gen humano le lleva a frisar el pecado. Y por último, el Cielo. Son los que no ambicionan el poder o el dinero, solo buscan ser felices, que es lo fundamental.

Una de las obras que se pueden ver en el Casino de Salamanca.

Miguel, ¿dónde está la felicidad?
Lllegando al bien. En el siglo XV, Dante te lo encubre con la figura de Cristo. También te lo relaciona con Beatriz, su amor platónico. Ese amor de juventud que idealizas y no alcanzas. El se dio cuenta que el poder económico podía con todo, porque a Beatriz la casaron con un mercader viejo. Ella murió de pena.

Si el mal está de máxima actualidad, hay personas en la cárcel por corrupción, ¿el bien dónde lo podríamos encontrar?
En las personas que hacen el bien. Por ejemplo: el sacerdote de Madrid que recoge a personas en su iglesia. En personas que no ambicionan tener poder y dinero, pero sí buscar la felicidad haciendo felices a los demás. ¿Es una utopía? Sí y no, porque hay personas que lo hacen. Además, en tiempos tan convulsos como los nuestros, que parece que vamos para atrás en muchas cosas, hay personas que buscan hacer el bien, personas que persiguen el conocimiento por el conocimiento, que en definitiva era lo que hacía Dante.

Miguel Elías ha prometido en la inauguración que durante unos días estará por el Casino para explicarle a las personas que se acerquen por allí de qué va la exposición. Y seguro que les contará cómo se ha documentado para realizarla. Si van, pregúntenle por Unamuno y la traducción que hacía de la Divina Comedia, porque no estaba muy de acuerdo con las que él tenía; por las Divinas Comedias que se encuentran en la Biblioteca de la Universidad y si tienen suerte, quizá les cuente qué le pasó pintando el Infierno, porque como dijo Miguel Elías: «Hay puertas que no se pueden abrir».

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