Dado el aumento de la siniestralidad de vehículos en los últimos cuatro años, la DGT ha preparado un primer paquete de medidas entre las que se encuentra la reducción del límite de velocidad en ciertas vías secundarias a partir del 2 de enero. Se pasará de circular a un máximo de 100 km/h a 90 km/h en un total de 7.000 km de carreteras.
El anterior director general de Tráfico había preparado una reforma integral de la Ley de seguridad vial, pero el actual, Pere Navarro, considera que no es buen momento para su puesta en marcha, por lo que hará pequeños cambios normativos.
Según los datos, las cifras de víctimas mortales ascendieron desde 1.680 en el año 2013 a 1.830 el pasado 2017.
Esta medida es una modificación del Reglamento General de Circulación y se aplicará en las carreteras convencionales (de un único carril por sentido y sin desdoblar) para que España se equipare a otros países de la UE. Se igualarán los límites de velocidad a 90 km/h para coches y motos y a 80 km/h para autocares, furgonetas y camiones.
Actualmente, los límites de velocidad varían, siendo de 100 km/h para coches y motos, 90 km/h para autocares y furgonetas y 80 km/h para camiones en las carreteras convencionales con al menos 1,5 metros de arcén o con más de un carril; y 90 km/h para coches y motos, 80 km/h para autobuses y furgonetas y 70 km/h para camiones en el resto de las vías secundarias.
Navarro aseguró que las carreteras convencionales con al menos 1,5 metros de arcén abarcan unos 7.000 kilómetros, lo que supone menos del 5% de la red de carreteras de España. Tráfico defiende que esa reducción de 10 km/h supondría un descenso de la mortalidad cercano al 10%, ya que en estas vías se producen en torno a un 75% de los accidentes mortales en carretera.