[dropcap]O[/dropcap]cho siglos contemplan a nuestra Universidad y desde entonces incontables estudiantes han pasado por sus aulas, en la serie ‘Ilustres de la Usal’ queremos rescatar la vida y trayectoria profesional de algunos de estos alumnos o personas con notoriedad mundial que se han acercado hasta Salamanca para formarse o para transmitir su saber
Esta serie nos lleva hasta Estados Unidos, Nueva York en concreto, donde nos encontramos con Adolfo García-Sastre, un burgalés que estudió Biología en la Universidad de Salamanca a finales de la década de los ochenta, se marchó en 1990 y desde entonces ha brillado en el país de las oportunidades.
Actualmente, García-Sastre es profesor del Departamento de Microbiología y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York. Durante los últimos 25 años, su trabajo de investigación se ha centrado en la biología molecular de los virus de la gripe y virus de ARN de cadena negativa.
Hablamos con él de sus años como universitario, de lo mucho que los disfrutó y de su vida en Nueva York.
Filosofía y Biología aparentemente dispares. Sáquenos de dudas: ¿Cuánto de filósofo tiene un investigador?
Las dos disciplinas tratan de explicar el mundo, pero el investigador científico se limita a la parte que se puede estudiar mediante el método científico, es decir, las hipótesis deben de ser interrogadas mediante la experimentación.
¿A qué facultad era más divertido ir a clase?
Yo solo he recibido clases en la facultad de Biología. Ciertamente, los estudiantes de bellas artes y de psicología parecían pasarlo mejor, pero eso es subjetivo. Si te gusta lo que haces, apruebas y si las clases son buenas y tus compañeros buenas personas y divertidos, da igual la facultad.
Adolfo estudió en la década de los ochenta. En ese momento, Salamanca se convirtió en una ciudad de referencia por los bares y locales nocturnos. La Gran Vía ‘exportaba’ bares como: El Callejón, Moderno, Submarino, El Puerto de Chus, Country,… ¿Le gustaba la ‘movida’ salmantina?
Considero un privilegio haber vivido los ochenta cuando era un joven universitario en Salamanca. Me imagino que Vigo y Madrid hayan sido parecidos. Un tiempo lleno de energía, optimismo, amistad y salidas nocturnas.
Si yo le digo Salamanca. ¿Qué imagen le viene a la mente?
La Plaza Mayor, por supuesto.
¿Compartía piso con colegas de facultad? ¿Hacían fiesta?
He compartido un piso con otros cuatro compañeros durante siete años (Universidad y doctorado). Varios de mis compañeros tenían su cumpleaños en marzo, y organizábamos una fiesta anual donde solíamos juntarnos casi cien personas en un piso, ¡Una locura!, pero a las 12 salíamos todos del piso a seguir la diversión en la noche salmantina.
Si compartía piso. ¿Cuál era su fuerte en la cocina? ¿Su plato estrella?
A fin de mes solíamos comer mucho arroz e hígado, el equivalente a ramen en cuestión de presupuesto, muy barato.
Se licenció en Biología el año en que España entró en Europa (1986). ¿Cambió mucho la Universidad, la sociedad en esta época?
No se notó un gran cambio por entrar en Europa, el cambio ya había empezado antes de entrar en Europa. Casi todos los estudiantes nos considerábamos muy europeos.
Ahora muchos graduados españoles hacen las américas o las europas. ¿Cómo estaba la investigación en nuestro país cuando decidió solicitar la beca y trabajar en Estados Unidos?
Las salidas al extranjero eran necesarias, pero sobre todo después de acabar la tesis. Ahora, la movilidad es mucho mayor y muchos estudiantes salen antes de empezar su tesis.
¿Pensó que iba a estar tanto tiempo?
No, pero tampoco me plantee la necesidad de regresar como mi prioridad. La posibilidad de hacer ciencia siempre fue para mí la prioridad más importante. Ademas, no fui solo, me case con mi mujer cuando nos fuimos y ella también ha hecho una carrera científica en USA, de tal modo que el regresar requería volver los dos, lo cual está más complicado que uno solo.
«El problema es que el virus de la gripe, de un modo impredecible, va a matar a un porcentaje de personas todos los años»
¿Los americanos son tan competitivos como nos han hecho creer?
Hay muchas más oportunidades que en España y eso hace que el ambiente en el trabajo es mas colegial y con mas sinergia.
¿Existe el hombre hecho a sí mismo -el manido sueño americano-?
Si, pero no es tan común como te intentan hacer creer. No todo el mundo tiene la posibilidad de acceder a las universidades más prestigiosas, pero en general, si eres bueno en tu profesión, se asciende más fácilmente en Estados Unidos que en España.
¿Sigue siendo el país de las oportunidades?
Cada vez es más difícil, pero en general si, al menos en ciencia.
¿Cabría alguna posibilidad de que usted deshiciera el camino andado y lo viéramos trabajar en nuestro país? (Siendo el director de Centro de Investigación sobre la Patogénesis de la Influenza (CRIP), uno de los cinco Centros de Excelencia)
No lo descarto, pero lo considero difícil, porque como ya he comentado, somos dos, no solo yo, y además los quebraderos de cabeza administrativos en España siguen siendo más dolorosos que en Estados Unidos.
100 años de la pandemia de gripe en Europa. ¿Ha cambiado tanto el virus en este siglo o le pasa como a la historia de los países que parece vuelve a sus orígenes?
El virus no ha cambiado mucho con respecto a su distribución. Si cabe, está aún más distribuido por todo el mundo que hace 100 años.
¿Cuánto debemos temer al virus de la gripe que hace requiebros cada año? -Ahora que estamos en plena campaña de vacunación al menos en Castilla y León-
El problema es que de un modo impredecible va a matar a un porcentaje de personas todos los años.
La palabra virus ya genera alerta. ¿Ha tenido algún ‘episodio incontrolado’ con estos agentes infecciosos?
Por fortuna no, los casos de accidentes de laboratorio no son frecuentes.
¿Cómo es la vida en Nueva York?
Es una ciudad que la amas o la odias. Yo la amo.