El niño leonés de cuatro años Luca Álvarez Toribio, que salvó la vida de su madre con una llamada al 112 de Castilla y León, recibió este lunes la Medalla de Oro, con distintivo rojo, al Mérito de Protección Civil en un acto que presidió el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la sede de la Escuela Nacional de Protección Civil (ENPC).
ICAL. Asimismo, el ministro estuvo acompañado por la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella; la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea; el director general de Protección Civil y Emergencias, Alberto Herrera; el director general de Policía, Francisco Pardo, y el director general de Guardia Civil, Félix Azón, entre otras autoridades civiles y militares.
Se impusieron un total de 53 condecoraciones que reconocen a ciudadanos y colectivos sus actuaciones en favor de «una Protección Civil más eficaz y solidaria, que redunde en beneficio de los ciudadanos, y en la que debemos ser capaces todos de trabajar con generosidad y gran dosis de compromiso», subrayó el ministro.
Entre las condecoraciones destaca el reconocimiento póstumo al bombero José Gil Gutiérrez, que perdió la vida en acto de servicio, y cuyo trabajo sirvió para «construir esa seguridad humana de la que nuestra sociedad está tan necesitada», dijo Grande-Marlaska. La actuación de los condecorados demuestra que tenemos «una sociedad solidaria y llena de valores, de esos valores que hicieron posible nuestra Constitución».
Las condecoraciones también pusieron en valor cómo la incorporación de una cultura de la prevención en las escuelas resulta fundamental para conseguir objetivos positivos. Es el caso del pequeño Luca, quien con cuatro años salvó la vida a su madre con una llamada al 112, o el de los adolescentes extremeños que pudieron salvar la vida de unos compañeros gracias a sus conocimientos sobre técnicas de reanimación.
También hubo palabras de gratitud para el resto de condecorados y, en especial, dijo el director general de Protección Civil y Emergencias, Alberto Herrera, para aquellos que, como Jacob Petrus o Ángel Expósito, contribuyen a la «difusión de la cultura de prevención» porque, gracias a ellos «está garantizado que el mensaje llegará a su destino».