Seis años para el mendigo que ocasionó un incendio en el parking de la Santísima Trinidad

Todo comenzó cuando quemó el coche de un hombre que no le dio limosna
Los bomberos, en el lugar del suceso.

La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado al mendigo que a finales del mes de octubre de 2017 fue acusado de quemar un vehículo estacionado en el parking del Hospital la Santísima Trinidad porque su propietario se negó a darle la propina que esperaba.

 

El procesado, A. B. J., de 47 años actuó a modo de venganza porque el dueño del coche solo le dio un euro de limosna y por ello se le declaró culpable de delitos de incendio con peligro para la vida o integridad física de las personas a la pena de cinco años de prisión, y a un año por un delito de robo con fuerza.

En concreto, se le impuso una total pena de seis años de cárcel y una multa de 74.000 años de multa. Los daños no se limitaron al Fiat que quemó, cuantificados en 15.600 euros, sino que el incendio se propagó y afectó a un Golf, cuyos daños ascienden a 2.100 euros, a un Toyota, cuyos costes ascienden a 3.745 euros y a un Mercedes, cuyos costes ascienden a 2.840 euros.

Además, la Audiencia Provincial de Salamanca valoró en 34.000 euros los daños causados en las instalaciones del parking, propiedad de la empresa ACVIL.

Los hechos se remontan a la madrugada del 31 de octubre de 2017, cuando el procesado accedió al parking ubicado en el Hospital de la Santísima Trinidad, permaneciendo allí dos horas. Fue a las seis de la mañana cuando accedió el dueño del Fiat Tipo calcinado, conduciendo el vehículo y dejándolo ahí estacionado.
El mendigo le pidió limosna y este le dio un euro. Una vez el propietario abandonó su coche, el acusado rompió el cristal con la intención de robar algún objeto de valor. Tras ello, incendió el vehículo, que se calcinó enseguida, ocasionando daños a los otros tres coches y a la propia instalación.
El condenado ya había sido procesado anteriormente en 1994 y 1997 por robos y en 2013 por robo con intimidación.
Se trata de un mendigo adicto, según la sentencia, a la cocaína y a la heroína. De hecho, ese fue uno de los argumentos usados por la defensa como atenuantes. Él mismo, en el juicio, mostró su arrepentimiento y perdón, y achacó su actitud a las drogas.
Fue detenido el día de los hechos y desde entonces se encuentra en prisión preventiva. Las aseguradoras, por su parte, ya abonaron los costes ocasionados por el daño a los dueños de los automóviles y al parking.

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