Los mineros de rescate recuperaron a la 1.25 horas del sábado el cuerpo sin vida del pequeño Julen, que hace trece días cayó a un pozo de sondeo de 110 metros de profundidad y 25 centímetros de diámetro.
Casi dos semanas de incertidumbre y búsqueda desesperada, que han tenido el fatal desenlace que nadie quería pero todo el mundo temía.
Un impresionante despliegue de medios han permitido recuperar su pequeño cuerpo del fondo del pozo, en un alarde técnico, tecnológico, de eficacia y solidaridad, que no han podido salvar la vida de Julen.
La autopsia permitirá saber las causas de su muerte y el tiempo que llevaba sin vida dentro de la montaña de Totalán, el pueblo malagueño que ha quedado marcado por esta cruel tragedia.
Y, sobre todo, investigar las circunstancias que rodearon su caída al pozo y cómo se pudo formar un tapón de tierra y escombros sobre el pequeño en una galería hecha en un terreno de pizarra y granito, poco propicia para que el pequeño en su caída arrastrara semejante cantidad de sedimentos.
Tras hallar el cuerpo sin vida de Julen ahora queda por desentrañar las causas y las incógnitas por resolver de una desgracia que ha tenido en vilo a toda España. Qué menos.