Un niño de tres años fue hallado sano y salvo en un bosque de Carolina del Norte, tras permanecer tres días y dos noches perdido y solo y con heladas nocturnas.
Quizá no estuvo solo y por eso sobrevivió, pero es que el pequeño dijo que había estado todo el tiempo con «un oso amistoso».
El crío estaba entre arbustos espinosos, fríos y empapados cuando fue localizado por los equipos de rescate.
Su insólita versión tuvo predicamento entre su tía, que fue más allá y hablaba prácticamente de un milagro. «Dios le envió un amigo para mantenerlo a salvo», dijo.