José Roselló, padre de Julen, da las gracias a todas aquellas personas que trabajaron de día y de noche para localizar a su hijo.
De bien nacidos es ser agradecidos. Roselló reclamó al principio de la búsqueda que no se estaban haciendo todo lo posible por rescatar a su hijo, pero ahora enmienda su testimonio y «doy las gracias. Estaremos eternamente agradecidos».
Roto de dolor, – el lenguaje, tan rico en matices, no tiene una palabra para definir a una persona que ha perdido un hijo, porque es contra natura-, trata de retomar su vida, pero si cierra los ojos, solo ve: «el pozo».
Se lamenta de haber ido ese domingo 13 de enero a pasar el día al campo. «Me maldigo. Maldigo ese día. En qué mala hora fui yo allí. Ya no volveré a ir más al campo, ni me comeré un plato de paella», señaló en una entrevista con el diario Sur, para explicar cómo se sienten y sobre todo agradecer a las miles de personas que les han prestado su cariño y apoyo y a los cientos de profesionales que trabajaron sin descanso para localizar a su hijo.