Los cinco investigadores financiados por el Ayuntamiento empiezan a obtener resultados

Iniciado el pasado mes de junio, financia con 2,5 millones en tres años las cinco investigaciones de científicos relevantes en distintos campos del saber
David Arranz / ICAL El alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, el rector de la Usal, Ricardo Rivero, el vicepresidente del CSIC, Víctor Velasco, el presidente del Comité Científico Asesor, Mariano Barbacid, y los investigadores.

Los cinco investigadores seleccionados por el programa ‘Salamanca Ciudad del Talento’, iniciativa pionera en España impulsada por el Ayuntamiento de la capital salmantina con la colaboración de la Usal y el CSIC, ya comienzan a obtener sus primeros resultados tras la puesta en marcha del programa durante el pasado mes de junio con la incorporación de los dos primeros investigadores.

 

Ahora, ya con los cinco científicos seleccionados incorporados en los diferentes departamentos de sus áreas de conocimiento dentro de la Universidad de Salamanca y del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA), los resultados comenzaron a llegar en forma de formación de equipos de investigación y publicación de artículos en revistas Q1, las de mayor impacto e importancia científica del mundo en cada área.

Tal es el caso de Carlos Dionisio Pérez Blanco, enmarcado en el Departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad de Salamanca y cuyo proyecto está dedicado al desarrollo de un sistema de modelos económicos y físicos para la gestión eficaz de los recursos hídricos en un contexto de cambio climático donde “el gran reto del siglo XXI es la gestión del agua”, puesto que su escasez es “el mayor riesgo a nivel social para la humanidad”.

Así, y a través del modelo SWAN, Pérez Blanco y su equipo, formado por los investigadores predoctorales Héctor González, Laura Gil y Francesco Sapino, lograron ya establecer “modelos económicos robustos” y, a falta de los modelos físicos, realizaron ya un total de cuatro publicaciones en revistas Q1, con la idea de “cumplir los objetivos en el plazo marcado” de 3 años, si bien la idea es “construir una infraestructura sólida en Salamanca” para investigar la gestión de los recursos hídricos.

Por su parte, el físico José Beltrán, adherido al Departamento de Física de la Universidad de Salamanca, ya trabaja, a través de su conocimiento de las observaciones cosmológicas, para “arrojar luz e iluminar” el conocimiento sobre la materia oscura, tratando de conocer “de qué está compuesta, cuáles son sus propiedades y lo que implica su formación en el universo”. Para ello cuenta con la colaboración y el trabajo de un investigador predoctoral y, próximamente, se incorporará otra científica al equipo.

Poco después que Pérez Blanco y Beltrán, en julio de 2018, se incorporó al programa el investigador zamorano Pablo García Jambrina, dentro del departamento de Química de la Universidad de Salamanca, para estudiar el uso de herramientas informáticas, a través de un ‘superordenador’ adquirido por el proyecto, para estudiar las reacciones que se producen en las enzimas, con la colaboración de los investigadores Cristina Sanz y Pablo Ortega.

El cuarto investigador cuyo proyecto fue seleccionado por el programa ‘Salamanca Ciudad de Talento’, Javier Prieto, no pudo asistir a la presentación, si bien uno de los investigadores de su equipo, Roberto Casado, explicó que el proyecto está ubicado en el Departamento de Informática de la Usal e investiga técnicas de inteligencia artificial para favorecer un cambio de comportamiento de los consumidores de energía para adquirir “hábitos más eficientes de consumo”.

Hace apenas dos semanas se incorporó al Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) Ainhoa Martínez. La última investigadora en tomar posesión de su plaza dentro del programa ‘Salamanca Ciudad de Talento’ estudia cómo los microbios afectan al sistema defensivo de las plantas contra los insectos herbívoros, trabajando de manera “muy directa” con agricultores para aprovechar dichos microbios para fortalecer los cultivos y “hacer agricultura sostenible”, evitando el uso de pesticidas y demás productos químicos.

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