[dropcap]T[/dropcap]res semanas después de conquistar su primer Goya al mejor montaje por su trabajo en la vibrante ‘El reino’, de Rodrigo Sorogoyen, y cuando se acaba de anunciar su candidatura a los Premios Platino del cine iberoamericano por ese mismo trabajo, Alberto del Campo (Soria, 1981) vivirá de una forma muy especial la madrugada del domingo al lunes la 91ª edición de los premios Oscar.
César Combarros/ ICAL. Entre los nominados, el único representante español es ‘Madre’, el corto que Sorogoyen dirigió en 2017, que opta a la estatuilla en la categoría de mejor cortometraje de ficción. Del Campo es el responsable del montaje de ese film, producido por Malvalanda y Caballo Films, la productora que cuatro amigos soñadores (Sorogoyen, Del Campo, Eduardo Villanueva y Borja Soler) crearon en un lejano marzo de 2010 con el objetivo de «hacer un cine diferente».
En su discurso de agradecimiento por el Goya le dedicó el premio a su tierra: «A Espejo y a Soria entera». ¿Dónde nació?
Yo nací en Soria capital, pero mis padres eran de Espejo de Tera. Yo soy el menor de cinco hermanos y los otros cuatro nacieron en el pueblo. De hecho mis padres fueron los últimos habitantes que se fueron de Espejo antes de que quedara despoblado. Tiempo después comenzó a volver gente que vivía allí los fines de semana, o que regresaron para montar una granja o comprar unas ovejas tras haber emigrado al País Vasco, pero mis padres ya se quedaron en Soria.
Suele regresar por allí siempre que puede. ¿Qué le permite retomar ese contacto?
Para mí, volver allí es volver a casa. Es un universo completamente distinto al que tengo en Madrid, donde llevo 18 años. Allí no hay gente, no hay nada, y me hace sentirme bien. Respirar de vez en cuando y volver a esa calma y a encontrarme con mis raíces, mi familia, mis hermanos o mis sobrinos, que están por allí, es algo que necesito.
Con quince años ya tenía «clarísimo» que de mayor quería dedicarse al cine. ¿Cómo llegó a esa convicción?
Cuando vi ‘La naranja mecánica’, de Kubrick, supe que era algo muy especial. Fue la primera vez que tuve la sensación de que tras aquella película había alguien que tenía una mirada, y empecé a fijarme en cosas como las ópticas o la composición de los planos. En ese momento dije: ‘Yo quiero hacer algo así’.
En 1999 llega a Madrid para estudiar Realización de Audiovisuales y Espectáculos en Puerta Bonita. ¿Qué le empujó a dar ese paso?
Quería estudiar eso porque era poco tiempo y mi idea era empezar a trabajar cuanto antes para poder entrar en la ECAM. Al final salí de allí, me fue bastante bien nada más terminar, y me aconsejaron no entrar en la escuela. Empecé a hacer prácticas en una productora de vídeo llamada Scope, que acababa de empezar, allí empecé a toquetear el Avid y me quedé en esa empresa.
¿Cómo conoció a Rodrigo Sorogoyen?
Por amigos en común que habían estudiado con él en la ECAM. Nos conocimos en una época en la que todos queríamos alcanzar nuestros sueños. Estábamos trabajando pero en cosas que no nos satisfacían tanto, y dijimos: ‘Todos tenemos nuestros trabajos, pero queremos hacer algo que nos guste de verdad, que nos apetezca. Vamos a juntarnos y a hacer una peli para divertirnos’. Así creamos una productora, Caballo Films, y de esa manera hicimos ‘Stockholm’, con intención de hacer algo para nosotros, de lo que nos pudiéramos sentir orgullosos, y que fuera una posible carta de presentación.
Aquella película, una de las primeras que apostó por el ‘crowdfunding’ en España, ¿supuso un espaldarazo para quienes la levantasteis?
Nuestro único objetivo era terminarla por si a alguien le interesaba verla en algún momento. Ni siquiera pensamos que pudiera ir al Festival de Málaga, y cuando la seleccionaron en la Sección Oficial no nos lo podíamos creer. Fue un espaldarazo bestial para todos, porque desde entonces nos ha permitido hacer a todos lo que queríamos hacer. Desde ‘Stockholm’ yo me puedo dedicar al mundo del montaje de la manera que a mí me gusta, Sorogoyen puede dirigir películas…
Pero de ‘Stockholm’ (2013) a ‘Que Dios nos perdone’ (2017) hay un mundo a nivel de producción y distribución.
Sí, entró una productora más grande (Tornasol) y la película iba respaldada por Atresmedia y Warner. Cuando empecé a trabajar en el montaje sí pensé: ‘Vaya responsabilidad’, pero en compartí esa tarea con Fernando Franco y aprendí mucho con él. Hicimos buenas migas. Para mí fue un máster en montaje por el que encima me pagaron. Fue genial. Disfruté trabajando en esa película, la verdad.
Por aquel trabajo recibió su primera nominación a los Goya. ¿Qué sintió el pasado 2 de febrero cuando Leonor Watling leyó su nombre como ganador por ‘El reino’?
No lo sé. En ese momento pensaba que no iba a ganar. Todo el mundo me había dicho que tal vez podía llevármelo Y en las quinielas aparecía, pero viendo los dos premios que se entregaron justo antes podía pasar cualquier cosa. Dijo Alberto y lo que sentí fue alivio: ‘Bueno, ya está’. En ese momento solo quería salir y lidiar con el micrófono delante de todo el mundo de la mejor manera posible. No fui realmente consciente de que estaba ganando un Goya. Estás allí sentado, viendo y escuchando a tus compañeros de la película, que son tus amigos desde hace tanto tiempo… Fue muy emocionante.
Acaba de terminar el montaje de ‘Madre’, el nuevo largometraje de Sorogoyen. ¿Es un proyecto muy personal de él?
En cierto modo supone una vuelta a los orígenes de ‘Stockholm’, que yo creo que es el cine que más le gusta. Es una película más pequeña, más intimista, no es tan comercial como ‘Que Dios nos perdone’ o ‘El reino’. Es una coproducción con Francia y la mitad de la película está en francés y la otra mitad en español. Es un proyecto mucho más personal y una película más difícil, pero con una mirada de un autor mucho más clara.
El corto ‘Madre’ lo rodó en 2017, cuando ya estaba asentado en la industria. Es curioso que no le haya querido dar la espalda al mundo del corto.
Nosotros montamos la productora para hacer estas cosas. Siempre estamos con algún corto. Ahora estamos terminando otro. Creamos Caballo Films para hacer cosas que nos gustan y Ruy tenía ese guion desde hace mucho tiempo. Entre película y película nos pusimos con el corto y ahí está ahora, en los Oscar.
¿Cómo está viviendo todo el equipo la nominación a los Oscar?
El día que anunciaron las nominaciones acabábamos de ver el corte definitivo del largometraje. Media hora después del pase con los productores nos pusimos a ver la lectura de nominados y cuando dijeron que ‘Mother’ estaba entre los nominados no dábamos crédito. Era algo impensable. Que el corto haya llegado tan lejos es increíble.