El septuagenario del atropello mortal a un gruista en Golpejas no recuerda nada

El fiscal dice que fue un "desgraciado accidente" pero la acusación particular pide cárcel
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Un vehículo de la Guardia Civil de Tráfico de Salamanca. (Archivo)

Piden tres años de prisión a un conductor de 77 años por homicidio imprudente de un operador de grúa.

 

El acusado V.L.M.C, de 77 años, asegura que no tiene recuerdo alguno de cómo sucedieron los hechos. La acusación particular pide para él 3 años de prisión por un delito de homicidio imprudente donde perdió la vida un operador de grúa mientras recogía un coche averiado. La fiscalía lo considera una imprudencia leve que terminó en un “desgraciado accidente”.

En la mañana de este martes el Juzgado de lo Penal Nº2 de Salamanca ha acogido un juicio contra un conductor que impactó con una grúa en la carretera CL-517 a la altura de Golpejas, saldándose con el atropello mortal del operador de grúa.

Los hechos tuvieron lugar el día 8 de octubre de 2017 sobre las 14:30, cuando el conductor se dirigía hacia Salamanca después de ayudar a su hijo con unas labores en una parcela desde las 9:00.

En el interrogatorio al acusado, el acusado aseguró que no recuerda nada del accidente. Afirma que antes conocía bien la carretera porque pasaba más a menudo. El vehículo que conducía impactó contra la rampa de la grúa, haciendo que el vehículo circulase a dos ruedas durante unos pocos metros atropellando al operador de la grúa, que se encontraba en el lateral de la misma subiendo un coche todoterreno que estaba averiado.

Una vez que se produjo el accidente, el acusado detuvo su coche a unos 70-80 metros. A continuación, volvió marcha atrás hasta el lugar de los hechos y en ese momento asegura que se percató de lo que había sucedido. “No me gusta correr, circulaba a unos 80 km/h”, respondió cuando se le preguntó si excedía el límite de velocidad de la vía.

El dueño del vehículo que iba a ser remolcado, A.M.C, declaró que la grúa se encontraba situada lo más a la derecha posible de la calzada, invadiendo el carril derecho por unos centímetros. Se encontraba correctamente señalizado con los rotativos activados y las luces de emergencia. El triángulo reflectante acababa de ser retirado ya que “fue justo en el momento en el que nos íbamos y el tramo se veía bien”, comentó antes de romper a llorar durante el interrogatorio.

El trabajador fallecido, de 45 años, se encontraba inclinado sobre la grúa en la parte izquierda de ésta acabando de recoger los materiales utilizados. El dueño del coche averiado asegura que llevaba un chaleco reflectante y la ropa apropiada como gruista para ser visto a bastantes metros de distancia.

Declaró como testigo también el instructor de la Guardia Civil que realizó el atestado. El agente señaló que la visibilidad del tramo era muy buena, a pesar de estar próximo a un ligero cambio de rasante. “El chaleco reflectante que llevaba quedó hecho añicos, pero tanto el chaleco como la ropa reglamentaria eran las apropiadas de acuerdo con la legislación vigente”, dijo. Considera que este accidente se produjo por una distracción del conductor, ya que venía de trabajar durante toda la mañana en un día de calor y sin haber comido ni bebido nada como dijo en su declaración previa. “El conductor estaba bloqueado, como ausente”, explicó el instructor cuando le tomaron declaración al acusado.

Mantiene que se trata de una falta de cuidado por parte del conductor y de un incumplimiento de las normas básicas de la seguridad vial ya que en primer lugar el conductor tenía la obligación de percatarse del obstáculo, reducir la velocidad y comprobar si era posible adelantar al voluminoso conjunto de grúa y todoterreno. Afirma que no realizó nada de eso.

La fiscalía mantiene su valoración de considerar este hecho como una imprudencia leve que en la actualidad se encuentra despenalizada. “Se trata de un desgraciado accidente y de un cúmulo de circunstancias que han finalizado con la muerte de una persona”, señaló el fiscal.

También determina que la edad del acusado no supone una infracción alguna ya que el acusado tenía su carnet en regla y los controles de alcoholemia y drogas dieron negativo.

Se pide la absolución por parte de la defensa y de la fiscalía. El abogado defensor considera que no fue culpa del conductor, sino que el obstáculo en la vía era el propio gruista y afirma que no estaba correctamente señalizado el lugar.

Por parte de la acusación particular se mantiene la petición de 3 años de prisión y las costas del juicio. Manifiesta que solo están de acuerdo en que fue un “desgraciado accidente”, pero que no debe quedar impune, ya que consideran que se trata de una imprudencia grave y que el conductor “no veía nada”.

Texto: J.A.G.G.

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