[dropcap]M[/dropcap]úsica y sentidas palabras de Javier Blázquez, que confesó que para él era más que un honor y un privilegio presentar al pregonero de la Semana Santa, Abraham Coco Baraja, al que le une una amistad desde 2003.
Blázquez recordó que el compromiso cofrade de Abraham es “todo el año”. Lo lleva allá donde va, desde su Salamanca natal, el Madrid donde estudió Periodismo o ahora en Galicia, donde trabaja. “Su compromiso cofrade en distintos medios de comunicación es un ejemplo de lo mucho que puede hacer un periodista por la Semana Santa”.
Abraham Coco Baraja repasó los pasos, las cofradías, los sentimientos cofrades, las emociones y sensaciones que siente un devoto por su imagen, por las imágenes, por los pasos,… “Las cofradías son calles por las que discurre la historia de la ciudad. Hay pequeñas travesías y grandes avenidas, callejuelas que desembocan en plazas y otras que terminaron en desdichados callejones. Todas caben en el mismo mapa. Desde el archivo de las más antiguas, la Santa Vera Cruz al frente, podemos reconocer la Salamanca de las distintas épocas. Grandes y pequeñas a la vez, todos somos en cierta medida de la Vera Cruz, que por algo tuvo el monopolio de la organización de procesiones casi dos siglos hasta la independencia nazarena. De la Vera Cruz gigantesca de imprenta, hospital y una veintena de casa. Y de la chiquitita que aprendió a resistir y resistir”.
Hizo una llamada de atención al señalar que solo había venido a recordar lo que ya saben para que no lo olviden ahora que está cerca. “Una Semana Santa que a veces parece crónica y a veces breve. Que se puede resumir en un titular, pero que hace falta vivirla plenamente para comprenderla en todas sus dimensiones. Solo así es posible reencontrarnos con la fe y las emociones, con los recuerdos y el porvenir, con el tiempo detenido y los instantes fugaces. Sale la procesión. Pasa. Entra. Y desaparece. Nunca más volveremos a verla. El año que viene, aunque en apariencia pudiéramos creer que es la misma, será completamente distinta”.