[dropcap]L[/dropcap]a calle Marquesa de Almanza presenta baches en toda su calzada adoquinada
Cuentan los vecinos de la calle Marquesa de Almanza vieron hace unos meses, que varios operarios marcaron la calzada, se mostraron encantados, porque está repleta de baches, «incluso ya crece la hierba entre los adoquines», ironizan.
Pero, cuál ha sido su sorpresa que los meses pasaban y los baches no se arreglaban. Es más, dicen: «van a más».
Pero, la incredulidad ha aumentado. Ahora, en lugar de acondicionar la calzada, le han puesdo dos bancos viejos para que ven los agujeros. » Han traídos dos bancos, de no se sabe dónde, para ‘decorar’ la calle, porque además de estar despintados, tienen suciedad. Al menos, los podrían haber limpiado antes de colocarlos».
Los bancos fueron colocados a lo largo del jueves, 23 de mayo, y a este respecto bromean. ¡Si la marquesa levantara la cabeza! En alusión al nombre de la calle.
La marquesa
Viendo cómo se llamaba la Marquesa de Almarza es de entender la expresión. La calle está dedicada a María de Moctezuma Torres Carvajal Nieto de Silva Pacheco Gúzman Anaya Álvarez de Toledo Herrera y Monroy, condesa de Alba de Yeltes, así como marquesa de Cerralbo, Flores Dávila y Almarza, hija del mariscal de campo de Indias Francisco de Moztezuma y esposa de Francisco Orense Moctezuma.
Además, la marques tiene leyenda . «Estando la mujer en el ataúd depositado sobre un lujoso catafalco a la espera de la celebración de las exequias solemnes de la mañana siguiente y posterior enterramiento en la salmantina iglesia de San Boal, cuando llegó la soledad de la alta noche y era pleno el conticinio, el pícaro sacristán de dicho templo trató de apoderarse de la sortija con magnífico brillante que lucía en uno de los dedos de aquellas manos alabastrinas cruzadas en el pecho.
Más como quiera que la ilustre señora tan sólo se encontraba en estado cataléptico, que no muerta, con los tirones que le propinaba el chapacirios para incautarse de la joya, recobró la consciencia, en tanto el aterrado sacristán punto menos que feneció por mor de la tremenda impresión que sufrió cuando la ‘difunta’ comenzó a dar señales de vida.
La Marquesa de Almarza no castigó al ladrón, sino que instituyó una pensión vitalicia a favor de aquel rapavelas que había salvado de enterrar con vida a la bondadosa dama salmantina, que todavía vivió muchos años». Así lo cuenta Ignacio Carnero en su libro: ‘Callejero Histórico Salmantino’.
1 comentario en «¡Si la marquesa levantara la cabeza!»
En calle Juan del Rey, esquina con calle Prado, han quitado un banco alargado, sin respaldo, lo decimos por si alguien sabe donde ha ido o si lo tienen secuestrado.