[dropcap]H[/dropcap]ace 500 años, fue un 10 de agosto de 1519, dos marineros Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, emprendieron uno de los grandes viajes que ha protagonizado el hombre a lo largo de su historia.
Tres años, más de 200 vidas, entre ellas la de Fernando de Magallanes, cuatro naos hundidas y una cantidad ingente de dinero de la corono española fue el coste de descubrir una ruta nueva de las especies, un paso entre dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, cuyo nombre honra a su descubridor, y que la tierra era realmente redonda, porque partiendo de Sevilla un 10 de agosto de 1519 cinco naos, atracó en Sanlúcar de Barrameda, la nave Victoria, el 6 de septiembre de 1522, con el capitán ElCano y 17 tripulantes.
Esos 18 marineros se habían convertido en las primeras personas en dar la vuelta al mundo. Gracias a uno de ellos, Antonio de Pigaffeta, cronista y dibujante de la expedición, conocemos parte de lo que ocurrió en esos tres años de travesía.
“Gracias a la Providencia, entramos el sábado 6 de septiembre en la bahía de Sanlúcar y de sesenta hombres que componían la tripulación cuando salimos de las islas maluco, no quedamos más de dieciocho, la mayor parte enfermos. Los demás, unos se escaparon a la isla de Timor, otros fueron condenados a muerte por los crímenes que cometieron y otros, en fin, perecieron de hambre.
Desde nuestra salida de la bahía de Sanlúcar, hasta el regreso, calculamos que recorrimos más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas -69813,343 km- dando la vuelta completa al mundo navegando siempre de levante a poniente”.
La expedición se inició para encontrar una nueva ruta de las especies y a su llegada, el ‘Victoria’ traía a bordo especies que sirvieron para costear la expedición y dar beneficios. La dificultad y dureza de la misma planeada por Magallanes y terminada por Elcano queda aún más de manifiesto porque hasta cincuenta años después no se volvió a repetir dicho viaje.
La vuelta al mundo fue la comprobación empírica del concepto teórico que desde la antigua Grecia otorgaba forma esférica a la Tierra. Con esta gesta también se demostró que América no era parte de Las Indias, sino una nueva tierra que rompía el equilibrio que hasta entonces había mantenido Europa, Asia y África, y que era neceario franquear en el camino hacia las islas Molucas, cuyas especies eran el auténtico objetivo del viaje.
Sin embargo, este hito histórico, y el donsiguiente incremento del mundo que ocasionó, no hubiera sido posible sin la evolución y el desarrollo que en el último tercio del siglo XV experimento el arte de navegar gracias a los avances en la construcción nabal, la mejora de los instrumentos náuticos, el mayor entendimiento y uso de la astronomía, el conocimiento de las corrientes marinas y el perfeccionamiento de la cartolgrafía.
Estas curiosidades, además de mapas, rutas, fotografías, cartas y reproducciones son lo que se puede ver en la exposiciones ‘El viaje a la especiería de Magallanes y Elcano’, en el centro Julián Sánchez ‘El Charro’.