[dropcap]E[/dropcap]l cine ha logrado que el mundo entero se disfrace este 31 de octubre para celebrar Halloween.
De norte a sur y de este a oeste, raro es el país que en mayor o menor medida no celebra esta festividad de origen celta. Venezuela no es una excepción.
La crisis que atraviesa el país caribeño no es causa suficiente para que miles de jóvenes venezolanos dejen de celebrar la fiesta de Halloween. Así pues, cada 31 de octubre, discotecas, bares, restaurantes y locales de comida rápida, a lo largo y ancho de Venezuela, a través de diversas actividades conmemoran la también llamada “noche de brujas”.
En tal sentido, con unos días de antelación, estos lugares adquieren una ´atmósfera terrorífica´ en donde las calabazas, brujas, calaveras, monstruos, tarántulas, serpientes, adornan paredes, puertas y balcones.
Vale acotar, que si bien se trata de una tradición de origen anglosajón, con el paso de los años, y como consecuencia de la Globalización, se ha venido afianzando en Latinoamérica, justamente en la víspera del Día de Todos Los Santos, que se celebra cada 1 de noviembre.
Fiestas de disfraces
En la mayoría de los centros nocturnos suelen organizarse fiestas de disfraces, cuya temática, por supuesto, es la noche de Halloween. En muchos casos, se llevan a cabo concursos para premiar los mejores disfraces, lo que es un atractivo para los más jóvenes.
De este modo, es común encontrarse a Frankenstein, Drácula o al hombre lobo, pero también a algún superhéroe compartiendo entre luces de neón, humo y el jolgorio propio de estas fiestas.
Es preciso recalcar, en los últimos años, muchos de estos disfraces son elaborados de manera artesanal y utilizando material de reciclaje, puesto que adquirirlos en las pocas tiendas dedicadas a este rubro es impensable, debido a la crisis económica del país petrolero.
“Es una fiesta del demonio”
Hermelinda Chacón, forma parte de la Legión de María, grupo seglar de la parroquia San Juan Bautista de San Cristóbal, capital del estado Táchira, en la frontera con Colombia. En cuanto a la noche de Halloween, indica, con vehemencia, que se trata de una fiesta pagana, que no debería celebrarse.
“Me parece que es una manera de invocar cosas malas. Por eso, siempre he repudiado esta celebración. Es indignante que algunos padres disfracen a sus hijos más pequeños y les saquen fotos para luego subirlas a las redes. Para mí significa una afrenta para nuestro Señor Jesucristo”, sostiene, con mirada seria.
Por su parte, un grupo de jóvenes que salían de un colegio, coinciden en afirmar que les parece una ´fiesta chévere´, comentando que en éstas suelen compartir con amigos y familiares en un ambiente diferente.
“A mí me gusta mucho, pues nos podemos disfrazar de superhéroes o muertos vivientes. Algunas personas mayores critican estas fiestas, puesto que según ellos, sirven para invocar al demonio, pero no entienden que uno va es a pasarla bien y en ningún momento hace ese tipo de cosas”, comenta Lucía, de 17 años de edad.
Raúl Márquez (Táchira, Venezuela)