[dropcap]A[/dropcap]rabia Saudí acaba de pagar 40 millones de euros por la Supercopa de España, de los que 9 han ido a las arcas del Real Madrid, que ha jugado dos partidos.
La Copa del Rey acaba de darnos la posibilidad de tener entre nosotros al Real Madrid gratis para jugarse a una carta el pase a octavos de final de la Copa, que son palabras mayores. Venir a jugar a una provincia sin fútbol profesional desde hace seis años, y sin fútbol de élite desde hace veinte. Y, por lo que parece, sin ganas de tenerlo en muchos años más ni de aprovecharlo cuando, como ahora, se presenta la ocasión.
Ha sido como si cayera el gordo. Pero, igual que cuando cayó el gordo de la lotería de Navidad, parece que nada está a nuestra altura.
Entonces, fueron contados los que salieron a testimoniar su alegría por algo que solo le pasa a los elegidos. Y ahora, que cae el maná del fútbol profesional de la mano del Real Madrid, no sabemos dónde meterlo.
Es loable la intención de Unionistas de querer jugar el partido de su vida (y de su historia) en su campo, que ahora son las instalaciones municipales de Las Pistas, anexas al estadio Helmántico.
Pero la industria del fútbol deja poco espacio al romanticismo y al orgullo mal entendido. Es puro negocio y para aprovecharlo, estando como estamos huérfanos de un equipo de élite, requiere de un campo con un aforo suficiente para poder rentabilizar el interés que despierta la llegada de clubes como el Real Madrid y el Barça (no va más).
El Ayuntamiento tuvo en su mano quedarse con el Helmántico por un millón, pero lo dejó escapar y acabó en manos del grupo mexicano que también es dueño del Salamanca CF UDS.
Hay pocas dudas de que sería el mejor escenario para el partido de Copa entre Unionistas y el Real Madrid, y lo más rentable para todos, incluso para el propietario de las instalaciones. Lo aconsejable, por motivos económicos y por consideración al Real Madrid, sería jugarlo en el espacio más adecuado que tenemos en la ciudad, aunque sea del enemigo declarado.
Pero no nos quitamos la boina ni para dormir. Con tal de no dar a ganar un euro al vecino preferimos perjudicarnos a nosotros mismos y dejar escapar la ocasión de obtener el mayor rendimiento a un golpe de suerte como el sorteo que ha emparejado al Madrid con Unionistas. Qué desastre y qué esperpento.
El Guijuelo ya alquiló en su día el coliseo charro para jugar la Copa contra el Atleti (entonces a doble partido, por lo que los colchoneros vinieron con el tercer equipo) y le fue bien a ambas partes. ¿Por qué no iba a suceder lo mismo ahora?
Incluso la sola posibilidad de llevar el partido a Zamora o a Valladolid sería un disparate impensable en cualquier otra ciudad, solo al alcance de la idiosincrasia de los salmantinos.
Luego nos preguntamos por qué en esta tierra no tenemos nada. Nos lo ponen en bandeja y lo despreciamos.
Recuerdo un partido de Segunda en 2007, cuando vino el Sporting al Helmántico. Había más aficionados sportinguistas que del Salamanca, y mientras los charros comían pipas los asturianos gritaban: «Unión de paletos, Unión de paletos», y los de aquí rumiando en silencio.
Arabia Saudí acaba de pagar 9 millones para ver dos partidos del Madrid, y en Salamanca estamos a punto de mostrarnos de nuevo sin grandeza. Ya puestos, que se juegue en el Bernabéu con el Madrid de visitante.
¿A ver si tenían razón los del Sporting?
— oOo —
2 comentarios en «Ya puestos, que se juegue en el Bernabéu»
100 % de acuerdo … la cordura llegará …
No entendéis nada. No todo es el dinero en esta vida