[dropcap]E[/dropcap]l barrio del Oeste se formó en torno a una plaza. Su fama le vino del rastro que promocionó su dinámica asociación de vecinos. Los problemas eran idénticos a los del resto de Salamanca: el agua, los barros y el tráfico. En mayo de 1978 los vecinos se manifestaron por la falta de agua, que afectaba especialmente a los edificios más antiguos.
Los modernos habían instalado motores para elevarla a depósitos instalados en los pisos altos. El vecindario tenía que esperar a últimas horas de la tarde para ducharse.
Carecían de locales para instalar una biblioteca para atender la demanda de la numerosa población escolar. No había centros culturales y en verano organizaban todas sus actividades al aire libre.
Mantenían un cine club y un grupo de teatro. Solicitaban la plaza peatonal para utilizarla para actividades lúdicas en la calle. Carecían de instalaciones deportivas y zonas verdes.
Se contabilizaban solamente 8 árboles en todo el barrio, pero a pesar de la escasez cuando propusimos dejar un pequeño jardín en la calle Gutenberg tuvimos que vencer la oposición de algunos vecinos. No se vio afectado por el PGOU al estar consolidado y, por cierto, muy macizado.