Bienvenido, bienvenida a tu columna de yoga semanal en la que compartimos todas esas cosas alrededor del yoga.
Y esta semana la dedicamos a la parte más importante de la disciplina del yoga, que son los fundamentos, las bases, la raíz del yoga. La dedicamos a los Yogasutras de Patanjali. Hemos ido hablando de esos ocho pasos del yoga, ocho ramas y hoy el protagonista es el séptimo paso, que es Dhyana.
Dhyana significa ‘meditación’ y también aparece en el texto clásico Bhagavad Gita, que veremos pronto.
Dhyanaes la séptima rama porque según van avanzando, según vamos practicando, llegamos a capas de más profundidad. Dhyana viene en acompañamiento de pratyahara (quinto paso), ese recogimiento de los sentidos que ya hemos visto y de dharana (sexto paso), la concentración de la que también hemos hablado. Sin todos los pasos anteriores, Dhyana no sería posible, cada uno va dando paso al siguiente. Esto viene dado porque la meditación es el proceso natural después de la concentración. Se da aquí esa actitud de observador consciente, de conciencia testigo.
Como ves, la práctica de yoga va mucho más allá que las posturas, por eso te invito a conocer, a practicar, dhyana. Es un estado de meditación que todo aquel que se considere yogui debe sentir en su práctica y conectar con ese estado en su cotidianidad. Cada rama del yoga se va expresando cuando vas dominando la anterior.
Se considera un estado pleno, de felicidad, y realmente se está muy agustico cuando después de practicar asana (tus posturas), tu pranayama (técnicas de respiración) y tu relajación final, te sientas contigo y te encuentras en ese estado de observación, sin que sucedan los juicios y las etiquetas. Se da cuando el estado de concentración es de forma ininterrumpida y estás en calma.
Y te cuento más cositas, que te pueden surgir al leer.
¿Dónde realizo dhyana? Pues en un lugar tranquilo, agradable para ti y que se preste a este estado de meditación, un lugar de energía sencilla y silente. Donde te respires sano.
¿Cuándo? Tal vez, en mi opinión, los mejores momentos sean en la mañana o hacia el final de la tarde.
¿Cómo? Por supuesto, busca tu propia forma, pero lo ideal es en una postura cómoda, sentado con la columna erguida y relajada. Una postura firme y suave a la vez. En silencio, en completa calma y contemplación. Practicando una respiración de la que te das cuenta, consciente, y una actitud de escucha interna, saliendo de los estímulos externos.
Realmente esta sistematización de Patanjali es fantástica; aunque de primeras te suene un poco rara porque no la conoces, te aseguro que va sucediendo y te das cuenta de que todo engloba un proceso maravilloso.
Se convierte verdaderamente en un estudio ordenado y claro de estos ocho pasos interrelacionados todos entre sí. Disfruta del camino y del estudio del yoga.
Así que como suelo decir en mis prácticas: Sienta y siente.
Ten un buen día y cuida tu energía. Ganesha Salamanca