La Universidad de Salamanca y La Crónica de Salamanca inician una serie de entrevistas y reportajes a egresados que se han formado en las aulas del Estudio Salmantina y están trabajando fuera de nuestro país
[dropcap]M[/dropcap]iguel González Cabezas es graduado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, ha vivido en Alemania y nos lo encontramos en Viena, donde ha cursado un Máster de dos años y medio y ha trabajado vendiendo ticket para los autobuses turísticos. “Los veía todos los días cuando iba a la Universidad y dije: ‘Voy a probar’. Me vino muy bien, en el sentido de adquirir otras habilidades de ventas, de relación con el público, que me pueden servir para el arte. Porque tienes que hacer algo buen, pero también hay que saber venderlo».
Gónzalez Cabezas recuerda que antes de irse a Viena a cursar el Master, quiso optar al programa de la Universidad y la Junta para hacer prácticas en el extranjero. “Me sorprendió que el 80% no te contestaban siquiera. Lo que vi es que eran muy reticentes a contratar extranjeros. Lo he hablado con más personas y le ocurre lo mismo. Si en esos países tienen la opción de contratar a un austriaco o un alemán, lo hacen antes que a un español, aunque tengas mejor curriculum».
¿Qué crees que debería hacer la Universidad?
Tener más nombre. De cara a Europa no se conoce mucho la Universidad de Salamanca. Se está vendiendo más en América Latina que en Europa.
¿Podía ampliar el foco?
Sí. Además, Europa lo tenemos más cerca y hay mercado. A la Universidad de Salamanca o a la de Bolonia le pasa parecido, se sabe que son de las más antiguas de Europa, pero no están actualizadas.
¿Prefieres trabajar para empresas o ser artista autónomo?
En el mundo del arte es difícil vivir, si no haces algo que tenga que ver con diseño, aplicaciones, ilustración,… si te quieres dedicar a la producción artística, es muy difícil. Es una carrera de mucho fondo. Te planteas la posibilidad de tener otro trabajo, suele estar relacionado con la Educación, que es por lo que se decanta la mayoría, o tener un trabajo que no tenga nada que ver con el arte.
¿Te costó mucho irte a vivir fuera de España?
No, ya conocía la experiencia de irme con una beca Erasmus a Alemania. Además, quería hacer el Máster en Viena y era la única posibilidad. Lo tenía claro.
Hablas mucho del Máster…
No es de Bellas Artes concretamente, es de Humanidades. El enfoque es que tienes un 51% teórico y te da herramientas para orientarte en el mundo actual. He visto que los Máster que hay aquí de producción son más endogámicos en el mundo del Arte y no te ofrecen la capacidad de análisis del contexto social en el que vivimos.
Al final, un artista tiene que plasmar lo que está viviendo y analizarlo.
Sí. Sobre todo si quieres realizar una obra crítica.
¿Eres crítico con el contexto actual?
Sí. (Risas) Aquí los másteres están enfocados al mercado del arte. Está muy bien, porque tienes que vender la obra para vivir, pero hay que ser crítico. Luego nos cabreamos porque está todo muy precarizado en el mundo del arte, pero va todo unido.
¿Nos lo hemos buscado?
No, exactamente. Pero, va unido. Es algo que tenemos que ver.
¿Por dónde romperías como hicieron tus homólogos hace un siglo con las vanguardias?
Hay que tener en cuenta que las vanguardias se han valorado después. Había artistas que vivían muy bien en aquella época…
Y otros que se morían de hambre…
Claro, los de las vanguardias (Risas). Después se forraron, pero en aquel momento… unos muertos de hambre.
Por donde irán esos artistas incomprendidos de hoy, valorados, mañana…
Las propuestas están relacionadas con tecnologías digitales, mucha relación con el contexto social y los movimientos sociales que hay en la actualidad.
Similar a lo que ocurrió hace un siglo…
Sí, pero ahora es una relación muy difícil, porque vivimos un contexto muy despolitizado.
¿Despolitizado?
Sí. No hay masa crítica. No hay un tejido social que reivindique mejoras. Hay asociaciones de arte, pero no existe demasiada implicación. Tendríamos más fuerza si nos uniéramos.
¿Te refieres a España o en general?
A España.
¿Y en otros países? Has vivido en Alemania y Austria…
Existe una situación similar, pero están más unidos, al menos en Viena.
¿Te lo traerías a España ese tejido artístico?
Sí, porque hay artistas, hay asociaciones, pero en España se quedan en sacar artículos en los medioss de comunicación,… hay poca implicación.
¿Qué propones?
Para empezar algo muy sencillo, exigirle a todo el mundo contrato. En el mundo del arte trabajamos sin contrato. Debería de haber asociaciones que lucharan porque todos tuviéramos contrato si trabajamos para una empresa.
¿Crees que se conocen estas asociaciones que te pueden ayudar?
No. En Madrid sí, pero en Salamanca creo que no. Bien es cierto que el mercado del arte está muy centralizado en Madrid, pero debemos plantarnos cuando vemos que comenten injusticias con nosotros. Tengo un amigo que está trabajando en una galería y no tiene contrato. Lo peor es que se plantea si puede trabajar con otras personas. Le pregunto: ¿Tienes contrato de exclusividad? No, ni de exclusividad, ni de los otros. Pues, entonces no se tienen que sorprender si trabajas con otras personas o empresas o haces algo por tu cuenta. No todo puede ser buena intención. Hay que firmar un papel.
La buena intención no paga el teléfono…
Eso es. Otra cosa es que vendas o no, pero hay que hacerse valer y valorarte a ti mismo.
¿Qué le dirías al nuevo Gobierno para que mejorara el mundo del arte?
Destinaría más ayudas a la cultura. La diferencia que existe entra lo que destinan Alemania o Austria es grandísima. Por ejemplo, La Documenta, que es una de las ferias de arte más importantes del mundo fuera de las bienales, se hace en Alemania. Tiene un presupuesto de 100M€ y es la exposición más grande que se hace, no comercial. En Viena estuvimos mirando un festival que hacen todos los años, patrocinado por el Ayuntamiento, tiene el mismo presupuesto. Eso en España, no lo ves en ningún sitio.
¿Qué nos perdemos por no destinar presupuesto a la cultura?
Educación. Es incorporar a la vida cotidiana muchas expresiones artísticas, sea de pintura, fotografía, música, escultura, poesía,… es otro tipo de educación. Una vez que acabas la formación académica, estas propuestas te van a dar otras sensibilidades, otra visión de ver el mundo.
Desde tu experiencia. ¿Cómo mejorarías la Universidad de Salamanca?
A la Universidad le diría que si hace propuestas artísticas para los alumnos, que no se lo pague en cerveza.
¿Cerveza?
Sí sacaron un concurso con una marca de cerveza que te pagaban literalmente en cervezas.
¿En serio?
Sí. No le pido más. Solo que si sacan un concurso, que por favor, al premiado le paguen en dinero, no en cervezas. Podemos empezar por aquí. No creo que a un estudiantes de ciencias le paguen en cervezas, porque a uno de Bellas Artes, sí. El concurso era para hacer un diseño para la cervecera, pero… ¿cervezas?
Raro…
No le pido más. Es muy fuerte, que la Universidad no se opusiera.
La Universidad de Salamanca acaba de firmar un convenio para que estudiantes hagan prácticas en Ayuntamientos. Miguel, ¿Te gustaría que la Universidad tuviera convenios para potenciar a los estudiantes de Bellas Artes?
Estaría bien. Actualmente está el premio San Marcomio San Marco, que organiza la Facultad, en el DA2. Pero, creo que habría que darle más promoción.
Y que los Ayuntamientos tuvieran la posibilidad de adquirir obras de estos artistas para ampliar sus fondos artísticos…
Estaría bien, pero podemos ampliar más. No solo en Salamanca, también la Junta de Castilla y León, porque es la única Facultad de Bellas Artes de Castilla y León. Que haya más comunicación entre la red de los museos de Arte Contemporáneo y la Facultad. Es una suerte, un privilegio, porque no solo cubres Castilla y León, que es muy grande, vienen a estudiar aquí extremeños, asturianos, cántabros,…
Hay artistas muy conocidos en el mundo del arte que estudiaron en la Universidad de Salamanca, Adora García, de las más famosas de España.
¿Volverías a España?
Sí. Quiero enviar proyectos a Residencias Artísticas, para ampliar curiculum. Además, te dan la posibilidad de producir obra, una cama y dinero.
¿Una persona de 27 años cuántas cosas tiene en la cabeza que pueda aportar al mundo del arte?
Muchas. Estaba pensando en hacer un proyecto sobre la despoblación a largo plazo y la creación de discursos, como el neoliberalismo crea discurso y nos condiciona nuestra vida diaria.