[dropcap]Q[/dropcap]uizá acertamos al afirmar que todos los salmantinos hemos llevado un jersey, bufanda, chaqueta, vestido u otra prenda hecha con lana comprada en Lanas Epi, porque esta tienda, ubicada en Vázquez Coronado, lleva abierta casi 51 años, no podrá cumplirlos porque cerrará antes del 13 de junio, fecha en la que en 1969 abrió sus puertas de la mano de Epifanio.
El cierre de este establecimiento está motivado por varios factores: la rentabilidad y el coste del local que es «desorbitado», señalan desde Lanas Epi.
Lo cierto es que los negocios vinculados con el sector textil están viendo sus horas más bajas. «El tipo de mercado es diferente. Cuando comenzamos, la lana era un producto básico, porque todo se hacía a mano. Ahora, es por entretenimiento, por ocio, por llevar una prenda exclusiva y única, no es por necesidad», puntualizan.
Lanas Epi siempre ha sido un negocio familiar, aunque en la época álgida llegó a contar con seis empleados. «Además de trabajar con la clientela de Salamanca, servíamos a tiendas de la provincia. Recuerdo cuando íbamos a llevar paquetes de lanas a casa de los clientes».
El primer golpe duro que sufrió el sector de la lana fue al inicio de la década de los 80′, cuando abrieron cadenas como Zara, ya que salía igual de precio hacerlo, que comprarlo.
El segundo golpe para el negocio no tiene que ver con la llegada de la liberalización de los alquileres en 2014 y se produce una subida que es muy «considerable».
Por otra parte, aunque parezca exagerado, el cambio climático también les ha afectado. «No hace tanto frío como hace unas décadas. Las personas que elaboran a mano una prenda tardan dos o tres semanas en hacerlo, si no hace frío, no compras la lana y cuando comienzas a tejer, ya ha pasado la época de heladas».
Después de medio siglo abriendo la tienda, vendiendo lanas y realizando talleres, Lanas Epi cierra sus puertas. «Tenemos disgusto, porque los talleres y la venta de lana estaba bien, pero es insostenible tenerla abierta», concluyen.