[dropcap]H[/dropcap]oy siento algo de vergüenza al escribir. Sí. Porque después de haberlo hecho sobre héroes que yo he conocido y conozco, hoy me encuentro ante un número tan enorme, tan gigantesco, de casos heroicos, que todo lo que pueda haber dicho antes queda pequeño, muy pequeño…
Hoy es otra jornada más de encierro, de lucha sin armas contra el coronavirus. En estos días, aún poquísimos ante lo que nos espera, muchos, muchísimos, han sacado lo mejor de su alma para tratar de animar a los demás, vertiendo en el papel palabras hermosísimas, de esas que te hacen llorar de emoción, que te mueven a ser mejor persona.
Al principio se ha denostado contra muchos jóvenes, que se tomaron el parón en sus estudios como si les hubiesen dado unas vacaciones que había que festejar. Pero el ejemplo de los demás les ha hecho recapacitar y sumarse al grupo de los soldados de la salud, uniéndose a los que han declarado la guerra al virus.
¡Sí! ¡Porque estamos en guerra! ¡En una guerra diferente a todas las anteriores de nuestra Historia, pero guerra sin cuartel! Y en esta guerra, como en todas, el ser humano está sacando lo mejor o lo peor que tiene dentro.
En esta guerra no se admiten traiciones ni deserciones. Hemos de obedecer las órdenes del que manda, aunque no nos guste ni él ni los que están con él. Pero eso ahora no cuenta. Lo que cuenta es VENCER. ¡Y VENCEREMOS! No sé cómo, ni cuándo, pero VENCEREMOS.
Después de varios días de incertidumbre ahora todos sabemos lo que tenemos que hacer. Muchos habrán dado un paso en falso y ahora tendrán que afrontarlo, pero eso no es importante. ¡Hay que luchar, luchar dejando nuestras diferencias, luchar sin descanso!
Unos son soldados de primera línea, soldados de Sanidad, de Transportes, de Servicios, de las Fuerzas de Seguridad, militares y religiosos, en difícil lucha cara a cara contra el enemigo, que no sabemos por dónde ni cómo ataca. Son héroes como los de Alcántara, Empel, Cartagena de Indias, Bailén, Zaragoza, Castelnuovo, y tantos otros lugares donde el valor español alcanzó las más altas cumbres… Creo, sinceramente, que nunca se les agradecerá bastante lo que estos luchadores de primera línea están haciendo. Debería hacérseles un monumento, algo que recuerde estas hazañas que estamos viendo a cada momento… Pero esos monumentos deberían ser sufragados por los ciudadanos de a pie, por suscripción popular, nunca pagados por ningún organismo ni ideología que quieran apuntarse el mérito.
Por primera vez, desde hace muchísimo tiempo, los españoles estamos todos unidos firmemente por una causa común a todos. No cabe duda de que estamos viviendo unos momentos en los que habrá un ANTES y un DESPUÉS. ¿Cómo será este «después»? Ya lo veremos y esperemos que esta guerra sin cuartel, que sin duda VENCEREMOS, nos haga recapacitar sobre muchas cosas. Pero eso… lo pensaremos luego… ¡Ahora, a luchar y a obedecer! ¡Y a vencer!
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*** Emiliano Jiménez ilustra esta opinión con un dibujo de un Iberosuchus, el último cocodrilo corredor, rey de las selvas paleógenas, lo era más aún por ser ¡venenoso! Vivió en Península Ibérica en el Eoceno (hace unos 40 millones de años) siendo las provincias de Salamanca y Zamora las que más información han dado. Hay fósiles en la Sala de las Tortugas ‘Emiliano JIménez’, en la Facultad de Ciencias de Salamanca
Emiliano Jiménez se inspiró en la imponente mirada del Tío Sam en el famoso cartel de alistamiento para la guerra.
3 comentarios en «¡Estamos en guerra!»
Gracias Emiliano,
Héroes son todos lo que hacen sacrificios por el bien de otros. El tuyo es descomunal.
Mucho cariño y muchos abrazos virtuales.
Dicho de primera mano, no es por tanto suposición: muchos de nuestros héroes y heroínas lo que esperan es que cuando superemos esto y hayamos llorado todo lo que irremediablemente tendremos que llorar, no nos olvidemos de la salud pública y recordemos quién teniendo las correspondientes competencias tenía nuestros hospitales vaciados de medios.
Como tus entretenidos posts van de refranes, hay uno que dice mas o menos «nadie aprende en piel ajena». Qué verdad tan grande ya que hoy en día son millones los que viven en estado de alarma sanitaria en el mundo, y además los diezma el hambre. Aprender toca pues ni es el primer cataclusmo en el mundo ni será el último que nos toque sufrir. No he sabido expresarme de otra manera, espero no haber molestado. Disfruto siguiéndote