Pagando de su bolsillo el alquiler de sus instalaciones, utilizando sus vehículos particulares para transportar los productos, sin subvenciones y con una junta directiva formada por seis personas, la Asociación Intercultural de Ayuda al Necesitado El Ancla reparte alimentos a unas 500 ciudadanos en Salamanca (más de 200 familias).
Del total, unas 140 familias viven en Puente Ladrillo, barrio en el que, a principios de 2012, nació la agrupación, mientras que otras más de 50 residen en San José y, unas 30, en las zonas de Chamberí y Buenos Aires, según explica el secretario de El Ancla, David Sanz.
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RACISMO Y DISCRIMINACIÓN
“Vemos que hay mucho racismo en general, mucha discriminación, y también estamos trabajando esos puntos porque, es verdad que hay mucha necesidad en las familias, y nosotros lo vemos diariamente, pero eso no impide que uno salga a la calle y se comporte como un caballero”, destaca el presidente de El Ancla, José Salazar.
“Esto es una asociación intercultural, y la primera premisa es cero racismo, cero intolerancia y cero xenofonia: aquí somos personas, independientemente de la raza o la religión”, añade el secretario, David Sanz, quien comenta que “en la directiva, el presidente es gitano, y hay otra persona que también lo es”, mientras que “los demás somos payos, pero nosotros no nos medimos por eso”.
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La función principal de la agrupación es servir como punto de gestión y reparto de las donaciones procedentes del Banco de Alimentos y la Unión Europea, de manera que realizan entre 4 y 5 repartos de comida al mes, con distintas entregas de alimentos no perecederos, fruta y verdura.
En cuanto a la personas que reciben esta ayuda, el perfil es muy variado, “hay de todo, gente muy joven, ancianos, familias con niños, sin ellos…”, asegura el presidente de El Ancla, José Salazar. Pero todos tienen algo en común: están desempleados y se trata de núcleos familiares que perciben, el total, unos ingresos inferiores a 900 euros mensuales. La asociación exige, además, documentación oficial que acredite esta situación.
Este reparto de alimentos supone para las familias beneficiarias “una ayuda”, aunque “no les resuelve el mes”, destacan desde la junta directiva, que sigue echando de menos “más alimentos de primera necesidad”, como “galletas, papillas, leche, aceite, azúcar…”.
Personas con dificultades
Se trata de familias que, además de tener problemas para adquirir alimentos, presentan dificultades “de todas clases”, pues “hay mucha gente que no tiene para pagar la luz, la renta y muchas otras cosas, porque no tienen ingresos”, declara el vicepresidente de El Ancla, José Herrero. El gupo cuenta, además, con otros voluntarios o “personas de confianza” que realizan los repartos en el resto de barrios.
El Ancla comenzó reuniéndose en un local de la parroquia de Puente Ladrillo; después pasó a un pequeño cuarto «en un portal» y, ahora, cuenta con una instalaciones de 400 m2 aún por remodelar y por las que paga 350 euros al mes.
La sede de la asociación posee un amplio almacén, una sala de ocio para niños y jóvenes y una oficina con ordenador y archivo para las fichas de las familias. Todo se costea con una cuota mensual de 5 euros, que paga la junta directiva y aquellos beneficiarios que se lo pueden permitir.
[pull_quote_left]Acababa de llevar a mis hijos al colegio y, estando a la puerta, vi a una madre llorando porque había dejado a sus niños sin haberles podido dar de desayunar[/pull_quote_left]
Respecto al nacimiento El Ancla, su presidente recuerda que “acababa de llevar a mis hijos al colegio y, estando a la puerta, vi a una madre llorando porque había dejado a sus niños sin haberles podido dar de desayunar, porque no tenía y, movido por la necesidad de esa mujer, empecé a darle vueltas a qué podía yo hacer para ayudarla”. A partir de ese momento, Salazar consultó “con otras asociaciones y otros departamentos de ayuda y me comentaron que la única opción era hacer una asociación sin ánimo de lucro en el barrio”.
Cómo contactar
El Ancla ofrece apoyo a personas de cualquier zona de Salamanca y la provincia. Su sede está en la calle Fuenteguinaldo, 23 (barrio Puente Ladrillo).
Teléfonos de contacto para familias:
- 923 18 30 72
- 616 677 931
- 722 371 219