La consejera de Sanidad, Verónica Casado, aprovechó su comparecencia de este martes para explicar que tras 50 ruedas prensa y 1.500 preguntas, bajará su ritmo para dar paso a otras consejerías con un papel “tan trascendental. No les voy a abandonar», dijo, de modo que comparecerá unas dos veces a la semana, para contarles cómo avanza la enfermedad.
No obstante, antes de iniciar su desescalada, tras echar sobre su espalda el peso de la gestión y comunicación de la crisis sanitaria más grave del último siglo, realizó una nueva recomendación, en este caso dirigida alos alcaldes de los pueblos.
Les pidió estar alerta ante el incremento de la movilidad, para evitar entre todos que el virus vuelva a instalarse de forma “tan feroz” entre la población.
Hay una premisa, dijo, que no ha habido circulación entre personas, pero no del virus. Por ello, incidió en la necesidad de no levantar la guardia y seguir actuando con precaución, lavarse las manos hasta el aburrimiento, utilizar los geles hidroalcohólicos y mantener la distancia de dos metros.
La consejera explicó que ahora el papel de los alcaldes va a ser muy importante en el seguimiento del cumplimiento de las normas para evitar circulación del virus. “Tenemos que ser hipervigilantes en este inicio de nueva fase”, ya que aunque el virus no ha tenido una letalidad tan alta en Castilla y León, pese a que en un inicio hubo mucho mido, por el índice de “ataque terrible”, agradeció a la población haber contribuido a aplanar la curva y a llegar a la meseta actual.