[dropcap]G[/dropcap]uijuelo como primera estación futbolística fuera de Galicia. El club ‘verde’ se ha convertido en los últimos años en un trampolín para jugadores y entrenadores (Rubén de la Barrera, Fernando Estevez o Ángel Sánchez son algunos ejemplos) y quizá no exista mejor plaza para poder hacer un buen proyecto.
Jacobo Montes (Redondela, 20-04-1977) llega de la mano de su otra mitad, su hermano Marcos, a un banquillo que ocupó con gran recuerdo y resultados el bejarano Ángel Sánchez, en una tarea que no será sencilla. Pero eso no asusta a un ‘enfermo’ del fútbol que tiene claro que los resultados solo se consiguen con trabajo… aunque a veces ni eso valga para que un entrenador pueda tener continuidad en un club.
No en vano, 15 años les costó llegar a él y a su hermano a un banquillo como el del filial del Celta, en una aventura que solo les duró unos meses por los ‘malditos’ números de un deporte que ha perdido la memoria, si es que alguna vez la ha llegado a tener. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, está si cabe más orgulloso del camino recorrido y por eso, quizá le sabrán mejor los éxitos del futuro. “Nosotros venimos del ‘barro puro’, literalmente. Valoro mucho todo lo que he logrado por lo que se ha peleado y trabajado”. Dicho queda…
¿Por qué el fútbol?: “Cuando tenía 9 años, mi padre me metió en una escuela de fútbol del pueblo (Redondela)… y hasta hoy que tengo 43, no he dejado de estar ligado a este deporte de alguna manera. Hasta los 30 jugué a un nivel modesto y luego se despertaron en mí las ganas de entrenar, teniendo como ejemplo a mi hermano mayor, Marcos. Pero también soy un amante de todos los deportes y he practicado baloncesto, jugando pachangas con los amigos. Pero fue mi padre el que nos inculcó al principio el amor por el fútbol, luego ya fue cosa nuestra”.
Se respiraba fútbol en su casa: “Mi padre tenía gran afición y llegó a ser directivo del club del pueblo, y jugó a un nivel muy modesto. Siempre le gustó y allá donde estemos nosotros, viene él a ver nuestros partidos. Redondela es una localidad que está entre Pontevedra y Vigo, de unos 25.000 habitantes. Yo soy de una aldea más pequeñita que pertenece a Redondela, pero llevo ya viviendo en el centro muchos años”.
¿Eran hermanos ‘peleones’ de pequeños?: “Éramos más rebeldes de pequeños que ahora, lo típico de hermanos (ríe). Marcos es el mayor, tiene dos años más que yo, y cuando tú tienes 8 y él 10, sí se nota, te da lo tuyo. Pero nuestra relación es muy sana y buena y siempre hemos hecho todo juntos. Es como un amigo y mi segunda alma”.
Vivir juntos… 15 años después: “Va a ser especial, seguro. Vivimos juntos hasta que cumplí los 27 o 28 y él tenía 30, compartiendo la misma casa y habitación. Ahora somos distintos, adultos, más maduros y seguro que la convivencia va a ser buena como siempre. No será nada nuevo para nosotros”.
Guijuelo y su microclima: “Ya nos han comentado algo (sonríe). Sabemos que es un pueblo no muy grande y con un frío más seco que en Galicia. Pero eso no nos afecta para nada porque venimos de Redondela y antes vivíamos en una aldea. Lo soportaremos y no afectará a nuestro día a día”.
¿Cómo se imagina su vida en Guijuelo?: “La verdad es que aún no lo hemos pensado, pero creo que no me voy a equivocar mucho sobre lo que ya pienso. Cuando te dedicas al fútbol de manera profesional, vives por y para él y casi con exclusividad, aunque haya momentos de ocio. Vamos con la idea clara de trabajar pensado en el equipo y en ver mucho fútbol”.
¿Mismos gustos?: “Está claro que en lo futbolístico compartimos gustos, porque de lo contrario sería muy difícil trabajar juntos. En otros deportes hay una rivalidad sana, porque Marcos es más de Federer y yo de Rafa Nadal por todo lo que representa. Siempre nos hemos tomado el pelo mucho con otros deportes con los que ‘rivalizamos’ más. Pero no en el fútbol”.
¿Cuál era su equipo preferido?: “Yo, desde pequeño, siempre he sido del Real Madrid, un poco inculcado por mis padres. Pero siendo blanco, soy un apasionado del FC Barcelona de Guardiola, no pasa nada. Según te vas haciendo mayor y más si te dedicas al fútbol de manera profesional, aparcas más los colores. Mi hermano era un poco ‘encubierto’ porque era de la Real Sociedad, aunque siempre ha sentido gusto por el Real Madrid. El Celta y el Depor también nos han gustado y ojalá vuelvan a ser los de antes. Cuando eres pequeño siempre te haces un poco más de los equipos que ganan, es así”.
Trabajar juntos: “Es fácil y lo llevamos muy bien. Somos dos personas con una mentalidad muy abierta a la hora de escuchar y eso facilita mucho las cosas; también por nuestro modelo de juego. Cuando hemos entrenado a equipos diferentes, nos consultábamos muchas cosas, buscábamos puntos en común y rara era la vez que discutíamos por el fútbol. Eso nos llevó a pensar en la misma idea y ninguno impone nada al otro”.
¿Quién manda más?: “Es una responsabilidad ficticia, ya lo dije. A la gente le puede extrañar porque siempre hay un primer entrenador, y un segundo que está un poco más a la sombra, pero nuestro caso es peculiar. Mi hermano ha dado y dará charlas prepartido y en el descanso de los partidos también. Le quiero dar la importancia de un primer entrenador porque es un primer entrenador. Nunca hemos tenido problemas de egos”.
Estilo de fútbol: “Creo que el estilo está muy relacionado con el perfil de los jugadores. Está claro que si me dan a elegir un perfil, me gusta el talento, jugadores con capacidad para jugar en campo rival… pero tampoco hay que ser tonto. Si no se tiene eso, te tienes que adaptar porque el fútbol va de ganar y competir; si pierdes, te echan. Si se puede, nos gusta que el equipo domine y presione en campo rival, que sea intenso y con ritmo, pero también atacar y ser vertical. Pero hay veces que todo cambia por el equipo que tienes delante”:
Un modelo de entrenador: “Pienso que el entrenador perfecto no existe, es muy complicado, porque manejar los cuatro tiempos del fútbol es difícil. Ya es complicado hacerlo con algo en lo que crees, como para pedirle a un entrenador todo eso. Me quedo con el juego de posición de Guardiola, las transiciones de Klopp, la defensa de Simeone… puede ser un compendio de los mejores”.
Un sueño en el fútbol: “Cuando decidí hacerme entrenador, jamás creía que podía llegar hasta donde he llegado porque provengo de un mundo humilde y no he sido un futbolista importante. Si no lo has sido, siempre es mucho más difícil que te den un tipo de proyectos determinado, es complicado. Me doy por satisfecho, pero no hay duda de que mi sueño sería entrenar en Primera División; por ganas no va a ser”.
El fútbol, sin memoria: “Nada… el fútbol no tiene ninguna memoria. Si ganas eres el mejor y si pierdes no vales para nada; es algo muy injusto, porque se trata de un deporte de aciertos y el que decide en el campo es el jugador. Y ocurre, encima, que ganas partidos son merecerlo y pierdes otros no sabes ni por qué. Este deporte es un mundo en el que no hay paciencia y el primer expuesto siempre es el entrenador. Si ganas es mérito de todos, pero si pierdes, al primero que miran es al que está en el banquillo; hay muchas ocasiones en las que los proyectos no funcionan por falta de tiempo, y es una pena. Sabes que si no ganas, te van a echar”.
Nueva temporada: “Vamos a vivir una campaña atípica y creo que muy injusta para los clubes que se tengan que jugar su futuro en 18 partidos. No va a ser lo mismo una Segunda B Pro que la normal y vamos a tener que competir al máximo desde el primer partido, sin dejar pasar oportunidades; será muy complicado”.
¿Le sorprendió la no continuidad de Ángel Sánchez?: “Me falta información sobre este tema, pero voy a dar mi opinión desde fuera. Coincidí con él solo una temporada y lo dije en su momento; el Guijuelo fue el equipo que más me gustó y me pareció el mejor que pasó por nuestro campo, y empatamos a dos. Me encantó su manera de jugar, su dinamismo… contaba con grandes jugadores e hicieron un año muy bueno. Luego, en la pasada temporada jugadores como Raúl Ruiz, Julián Luque o Manu Fuster se marcharon y costó arrancar, pero supo revertir la situación y cuando el equipo estaba en el mejor momento, se paró la competición. Desde fuera sorprende porque era muy querido también, y hasta ahí puedo contar porque no tengo más información. Lo siento por Ángel, pero este deporte es así”.
Del Coruxo al Celta B: “Es un cambio muy grande en el día a día y más por nuestra forma de trabajar. Te plantas en un filial y hay muchas semanas que no tienes a todos tus jugadores porque están con el primer equipo. No quiero que suene a excusa, pero es una realidad, ya sabíamos que esto iba a ocurrir. Creo que por nuestro trabajo nos viene mejor un primer equipo para poder trabajar toda la semana”.
Copa del Rey: “Es una competición que me motiva mucho porque va a ser la primera vez que la vamos a disputar mi hermano y yo; es un aliciente más y le vamos a dar la importancia que merece. Sabes que si pasas dos o tres rondas puedes tener un gran premio y eso te motiva mucho, además de la inyección económica”.
Mejor momento en el fútbol: “Hay dos hechos puntuales y uno general. Uno, la clasificación con el CD Choco para el play off de ascenso a Segunda B y, el otro, cuando cogí al Coruxo a falta de dos jornadas y jugamos el play out contra el Mérida. Fue la oportunidad de meter la cabeza en Segunda B. Y, en general, el gran año que vivimos en un club humilde como el Coruxo, donde practicamos un fútbol muy bonito”.
Y el peor…: “Los comienzos como entrenador no fueron fáciles. El fútbol es complicado y recuerdo mi primer descenso por arrastres pese a que hicimos un buen año en un equipo de la zona. Luego me llamó el CD Choco para formar parte de ese proyecto humilde. Pero esos inicios no fueron fáciles”.
¿Cuándo se unieron sus caminos?: “Siempre dijimos que, cuando uno llegase al fútbol profesional, nos juntaríamos. Yo era segundo de Rafa Sáez en el Coruxo y en la jornada 36 le destituyeron y optaron por mí para coger al equipo esas dos jornadas y luego nos metimos en el play out contra el Mérida, saliendo vencedores. Mi hermano estaba en el Choco como primer entrenador y hablamos con el presidente para poder arreglarlo y no hubo más problema. Ahí empezó todo…”.
El Municipal, un fortín: “Debe ser así; yo lo sufrí dos años seguidos con el Coruxo y es un campo muy complicado. Pero en Guijuelo el balón rueda bien y se puede jugar, lo que le genera más dificultad al rival. Tiene que seguir siendo un fortín porque nuestros objetivos pasarán por casa”.
El origen de uno mismo: “Es algo que nunca nadie debe olvidar. Nos costó 15 años entrenando llegar al filial del Celta, porque nosotros venimos del ‘barro puro’, literalmente. Y esa oportunidad solo nos duró unos meses; todo eso te hace sentir muy orgulloso por lo logrado y, a la vez, muy realista porque pese a las piedras, el camino sigue. No vamos a olvidar nunca de dónde venimos. Valoro mucho todo lo que he logrado por lo que se ha peleado y trabajado. Pero tampoco quiero acomodarme tras un proyecto fallido”.
¿Guijuelo como trampolín?: “Poco a poco ya nos rondaba la idea de entrenar fuera de Galicia. Era algo que nos seducía porque tampoco queríamos encasillarnos solo como entrenadores locales. Surgió Guijuelo y sabemos que es un sitio por el que han pasado grandes entrenadores como Rubén de la Barrera, Jordi Fabregat o Ángel Sánchez en los últimos años; nuestro bien será también el del Guijuelo”.
Lejos de la familia: “Es algo que nos va a costar, está claro. Pero tengo una mujer que es un privilegio y ella ha sido mi mayor impulso. Me ha animado a dar este paso porque sabe que no puedo dejar de pelear por lo que me gusta y ya buscaremos la mejor forma de hacerlo. Hay 4 o 5 horas de camino entre mi casa y Guijuelo y seguro que lo cuadraremos lo mejor posible. Cuando un sueño se persigue, se llega a un punto en común para todos”.