[dropcap]E[/dropcap]l protocolo elaborado por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades para abordar la desescalada de la covid-19 en las residencias de atención a personas mayores y con discapacidad, actualizado tras confirmarse que toda Castilla y León pasará a la fase 2, contempla las visitas de los familiares a estos centros a partir del lunes 8 de junio
Por: R. Travesí / ICAL
Eso sí, durante los primeros siete días desde el inicio de la fase 2 solo se permitirán las visitas programadas a las residencias que no tengan ningún usuario con covid positivo activo confirmado. Será a partir del 16 de junio, una vez que hayan pasado ocho días desde el inicio de la fase 2, cuando se podrán realizar visitas a todos los centros residenciales de carácter social.
De esta manera, los centros residenciales (tanto de personas mayores como con discapacidad) y las viviendas tuteladas que no tengan ningún caso confirmado de coronavirus podrán recibir ya las primeras visitas de los familiares el mismo lunes, siempre y cuando se cumplan las medidas de higiene y prevención marcadas por las autoridades sanitarias.
El protocolo de la Consejería, consultado por la Agencia Ical, recoge que la visita de familiares a los residente se limitará a una persona al día, con una duración entre 30 y 45 minutos. Además, allí donde sea posible, el encuentro se realizará «preferentemente» al aire libre y siempre fuera del alcance de la zona de habitabilidad del resto de personas. «La zona habilitada para la visita debe estar separada de todas las demás zonas y ser exclusiva», precisa el plan de desescalada. Además, será obligtorio proceder a la limpieza de la zona tras la visita, por lo que deberán ser salas con los «mínimos» elementos imprescindibles y de fácil desinfección. Incluso, se pone el ejemplo de colocar sillas de material plástico, evitar elementos de tela y evitar cortinas para que, después de una visita, se proceda a una desinfección «rápida» y «segura», además de ventilar el área.
La Junta es partidaria de abordar la desescalada de la covid-19 en este tipo de centros para “flexibilizar” las condiciones de vida de las residencias. La propia consejera de Familia, Isabel Blanco, reconoció la necesidad de “compatibilizar” la seguridad de las personas y su atención, con el objetivo de recuperar «cierta normalidad» y los hábitos diarios, tras sufrir un deterioro por el largo confinamiento sufrido por la pandemia. De ahí, la posibilidad que las residencias pudieran desde el 19 de mayo, aún en fase 0, abrir sus patios y jardines para que los residentes pudieran dar paseos al aire libre así como las zonas comunes (comedores y salas de televisión). Posteriormente, se reanudaron las actividades como peluquería, podología y estimulación física y cognitiva.
Concertar visita
Las personas que quieran visitar a algún usuario de una residencia deberán concertar previamente la visita con el centro, informando al visitante de las condiciones y requisitos que deberán seguirse en el desarrollo de la visita. Además, se recordará que si tiene sospecha o algún síntoma de la covid-19 o de encontrarse inmerso en un estudio de contacto no podrá acudir al centro residencial. En este sentido, deberán firmar una declaración de buena voluntad sobre su estado de vulnerabilidad y el compromiso de no presentar sintomatología de riesgo. Las residentes están obligadas a contar con un registro de entrada y salida de toda visita (datos completos con teléfono de contacto y control del horario de la visita).
Y es que el colectivo de las personas mayores es uno de los más vulnerables al coronavirus, por su edad avanzada y sus patologías asociadas. De ahí que será obligatorio el uso de mascarrilla quirúrgica, por parte del residente y el familiar, y guardar la distancia de seguridad de dos metros. » Como regla general, no se recomendará el contacto físico para minimizar el riesgo de un posible contagio», precisa el protocolo.
Agua y lejía para zapatos
El centro residencial deberá contar con procedimientos específicos para regular la entrada y la salida de las visitas con el fin de evitar aglomeraciones con los trabajadores y resto de residentes. Además, las visitas deberán pasar por el circuito de desinfección, “con agua y lejía para los zapatos” y el visitante deberá lavarse las manos o utilizar gel hidroalcohólico.
Por último, el documento recogido por Ical precisa que las visitas a los usuarios de las residencias por “razones excepcionales” como el final de la vida o el alivio de descompensación neurocognitiva del residente podrán realizarse en cualquier etapa.