Marcos Montes: “Es cierto que los entrenadores somos, en ocasiones, solo números”

El ‘segundo’ entrenador del CD Guijuelo recuerda sus orígenes en el fútbol
jacobo y marcos montes foto coruxo
Jacobo (izda) y Marcos Montes (derecha). (Coruxo)

El otro 50% que completa el nuevo tándem del CD Guijuelo para la temporada 2020-21 es Marcos Montes, que figura como segundo en los ‘papeles’, pero que es otro primero porque su protagonismo va a ser mayor.

 

Al igual que su hermano Jacobo, no reniega de sus orígenes en el mundo del fútbol y valora con la perspectiva que da el tiempo, todo lo conseguido hasta que les llegó la oportunidad, ésa que no quiere dejar escapar para seguir escalando en este deporte que tan buenos momentos le ha hecho vivir, pero que es demasiado injusto a la vez. “Por suerte o por desgracia de fútbol todo el mundo sabe y opina; incluso te critican haber puesto un once u otro sin ver la semana de trabajo o el plan de partido”.

Trabajar con su hermano es algo por lo que los dos habían peleado mucho tiempo y todo empezó cuando la sinceridad se puso por delante de todo: “Recuerdo que le dije: si me necesitas para poner conos, no voy a ir, pero si es para mejorar lo que voy a ver, cuenta conmigo”. Y así, hasta ahora, en un dúo que solo quiere poder trabajar con tranquilidad y que se le juzgue solo por eso, por lo que haga en el terreno de juego. Sin contaminaciones del exterior…

¿Por qué futbol?: “Es algo que viene desde la cuna porque mi padre tenía una pequeña peña en el pueblo y yo siempre me iba con él a verle; con ello me empezó a gustar el fútbol, también de verlo por la TV. Cuando fui mayor, empecé a practicar baloncesto porque tenía cualidades y se me daba bastante bien, pero me decanté por el fútbol, jugando muchos años en el equipo del pueblo. Fue allí cuando me lesioné de gravedad y no quedé bien para poder seguir jugando. Vi un camino en la carrera de entrenador, me saqué el título y comencé antes de los 30”.

Se respiraba fútbol en su casa: “Mi abuelo siempre tuvo relación con el CD Choco, el equipo de mi pueblo, y mi padre también fue directivo del mismo. Los fines de semana, que había fútbol, siempre íbamos con el equipo del pueblo a todos los lados”.

¿Se peleaba con su hermano?: “(Ríe) Mucho, sí; especialmente pelea dialéctica. Hay muchas anécdotas, porque si él era de Ayrton Senna, yo era de Alain Prost; yo de Sampras y él de Agassi; uno de Ben Johnson y otro de Carl Lewis. Recuerdo que él se rió de mí cuando ganó esa mítica carrera, pero luego le explotó en la cara con todo lo que ocurrió del dopaje. Teníamos piques… y alguna vez llegábamos a las manos, pero lo justo. Creo que como dos hermanos más. Eso sí, recuerdo que yo tenía una colección de coches que me encantaba y era muy ordenado con ellos, al contrario que Jacobo; ahí sí que me ponía más serio (ríe)”.

Volver a vivir juntos: “No va a suponer ningún problema, pero es cierto que será distinto porque ahora viviremos solos los dos. Antes, en casa, además de mis padres, estaban mis abuelos y éramos seis personas. Pero, además de entendernos bien, somos muy amigos”.

¿Cómo será su vida en Guijuelo?: “Creo que lo tenemos fácil porque vamos a pensar y trabajar 25 horas en el fútbol. Viviendo en Guijuelo, vamos a tener nuestro centro de trabajo al lado de casa por si acaso y vamos a estar pensando en el fútbol siempre. Obviamente, también habrá tiempo para el ocio y Salamanca está a media hora si algún día nos apetece disfrutar de ella. Tendremos que adaptarnos a un clima diferente y al pueblo, pero con el fútbol de por medio, todo se hace mucho más corto”.

Mismos gustos: “En este sentido, somos bastante similares y no tendremos problemas. Los dos somos personas tranquilas y nos gusta mucho el deporte; también tener un rato para leer o ver una película seleccionada porque compartimos gustos generales”.

Equipos que le gustaban: “En mi casa éramos seis personas (Jacobo, mis padres y abuelos) y cinco eran del Real Madrid. A mí me gustaba la Real por su tradición y por Arconada y López Ufarte; pero cuando había partido de máximo nivel o exigencia, tenía más afinidad también más por el Madrid que por el Barcelona. Pero con el paso del tiempo uno es del equipo que entrena y deja atrás el forofismo; ves todo desde un punto de vista más objetivo”.

Trabajar juntos: “Es muy fácil con Jacobo. Hace las cosas muy bien y es una persona muy inteligente, sabe escuchar y pedir consejo; a mí, me lo puso muy fácil. Fíjate, tengo una anécdota que se refiere a cuando empezamos a entrenar juntos. Él era segundo de Rafa Sáez en el Coruxo y en la jornada 36, tras la destitución del entrenador, le dieron a la oportunidad. Coge el relevo porque apenas hay tiempo y además conocía al equipo; yo era entonces entrenador del Choco en Tercera y me pidió si podía ayudarle este periodo de tiempo. No me parecía entonces de recibo méteme en otro equipo sin haber terminado la temporada, pero se dio la circunstancia de que el Coruxo logró eludir el descenso y se metió en ‘play out’ contra el Mérida, por lo que hubo dos semanas más de competición. Entonces sí fue el momento de ayudarle porque yo había terminado la temporada y todo se resolvió muy rápido. No era lo mismo entrenar en Tercera que en Segunda B la temporada siguiente y al final, el Coruxo se salvó y bajó el Mérida. Pero, yo recuerdo que le dije: si me necesitas para poner conos, no voy a ir, pero si es para mejorar lo que voy a ver, cuenta conmigo, porque le diría cosas que no me gustaba. No dudó ni un momento y hasta ahora; espero que por mucho tiempo más”.

¿Quién manda más?: “En nuestro tiempo de trabajo, los días de partido él es el encargado de dar el once y la charla prepartido, algo que supervisamos juntos. Es cierto que alguna vez puedo dar alguna charla antes del partido, pero como soy un poco más tranquilo, suelo actuar yo en el descanso, siempre con un consenso entre los dos”.

Estilo de fútbol: “Me gusta llevar el peso del partido y buscar la portería contraria de una manera constante. También poder llegar a zonas próximas al área con suficientes jugadores, y cuando no tengamos la pelota, robar y jugar rápido en la transición para pillar al rival. Hay que saber cuando darle pausa al juego y cuando velocidad”.

Modelo de entrenador: “En la década del 2000, cuando empiezo a entrenar, el que me parecía distinto y un entrenador ‘top’ era José Mourinho; pero creo que después el personaje se comió al entrenador y eso le pasó factura. También me gusta el juego de Guardiola y Klopp por cómo juegan sus equipos y el trato humano al vestuario”.

Un sueño: “Voy a ir a lo grande (ríe); mi sueño es levantar una Champions, pero sé que esto es bastante exagerado. Me hubiese gustado como jugador, imagina como entrenador. Pero bueno, algo mucho más real sería llegar a Segunda División por lo menos. Nadie nos ha regalado nada y creo que estamos haciendo las cosas bien, paso a paso”.

El fútbol, ¿un deporte sin memoria?: “Sí, sin duda. Por suerte o por desgracia de fútbol todo el mundo sabe y opina; incluso te critican haber puesto un once u otro sin ver la semana de trabajo o el plan de partido. Cuando se gana, el jugador sale más premiado, pero cuando se pierde, siempre se mira al entrenador”.

Orgulloso de su origen: “Creo que es esencial saber de donde vienes; si no, ya se encarga la pelota de recordártelo. Si te crees más que nadie, llega el rival de turno y te pasa por encima. Mi hermano y yo estamos orgullosos de haber llegado hasta donde hemos llegado, aunque nos haya llevado mucho tiempo, y es muy grato recordarlo. Siempre tengo en mente a todos los equipos por los que pasé, porque me han enseñado muchas cosas”.

El Guijuelo, ¿un trampolín?: “Sí, es una de las cosas que nos llamó la atención también. Este club es similar a algunos en los que hemos estado por la mayor libertad que tienes para jugar. Un entrenador necesita un entorno tranquilo y aquí creo que lo hay”.

Copa del Rey: “Nos hace mucha ilusión está competición. Cuando entrenábamos en Galicia, jugábamos una Copa Diputación a nivel local a la que siempre le dábamos mucho valor porque te servía para tener a todos enchufados y para salir un poco de la dinámica de la semana, que a veces se hace monótona. En nuestro primer año en Coruxo, nos quedamos a un partido de la Copa y nos quedó esa espinita clavada. Sería bonito ver al Guijuelo contra un equipo del fútbol profesional una vez más”.

El fútbol, ¿resultados?: “Es cierto que los entrenadores somos, en ocasiones, solo números. Lo que te hace distinto es que veas un apoyo de la directiva o la secretaría técnica en los malos momentos, que siempre existen, notar el cariño de todos. Muchas veces, te sientes solo y apartado, siendo el culpable cuando las cosas van mal”.

No renovación de Ángel Sánchez: “Siempre hablo desde fuera, con desconocimiento. Pero un equipo que ha hecho las dos temporadas que ha hecho el Guijuelo, no sé si es extraño, pero sí sorprendente. Pero cuando un club toma una decisión así, me imagino que será por algún motivo, aunque no sea el clasificatorio. No creo que Astu sea tonto y habrá visto algo para dar un cambio a la situación. Aunque nunca es agradable vivir algo así”.

El Municipal: “El año pasado, empezamos con cinco derrotas en casa con el Celta B y así es muy complicado lograr los objetivos; en casa hay que ser fuerte. Lo bueno es que vamos a entrenar todos los días con la plantilla y en el campo en el que vamos a jugar”.

Celta B: “Es un cambio grande en todos los sentidos, no solo en la estructura, también en el perfil de los jugadores. En Vigo, los chavales tienen una media de 20 años y están empezando en este mundo, no tienen tablas en el fútbol, y con otro tipo de jugadores es muy distinto el modo de afrontar los partidos. Incluso la semana de trabajo es diferente porque no cuentas con todos los futbolistas prácticamente nunca y para un entrenador eso es básico. Pero fue un gran aprendizaje para nosotros”.

Lejos de la familia: “Tengo una niña de 8 años y con el tema del coronavirus hemos hecho de profesores todas las mañanas, y hemos pasado mucho tiempo juntos. Cuando no lo tengamos, sé que lo voy a echar mucho de menos, pero sabemos que hay que trabajar y no nos podemos quejar en absoluto porque hacemos lo que nos gusta. Ya lo cuadraremos como podamos”.

1 comentario en «Marcos Montes: “Es cierto que los entrenadores somos, en ocasiones, solo números”»

  1. Astu no es tonto, es un envidioso, acomplejado, incompetente. No ves cómo lo quieren en todos los sitios? Aquí en guijuelo porque es íntimo de Nata de momento bien y más teniendo 3 años de contrato.

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