El palacete del paseo de la Estación sigue dando que hablar… y mucho. Primero, porque hasta este 10 de junio, el solar más emblemático de la ciudad era de nuevo pasto de la maleza, presentando un estado muy descuidado, como le ha ocurrido en otras innumerables ocasiones, y que se saldó con las sanciones correspondientes.
Desde el pasado mes de septiembre, este palacete cuenta con nuevos dueños, empresarios salmantinos que, aunque aún no han cerrado la operación de compra, sí han dejado como depósito una señal con una notable cantidad económica al respecto.
El objetivo de la futura compra será la construcción de 7 pisos de lujo en la parte de atrás del palacete, acompañados de otras instalaciones, deportivas y de ocio, con el fin de crear un espacio único en la capital salmantina, además de una rehabilitación de la zona delantera donde está ubicado este ‘chalé’. La operación se iba a haber cerrado en el mes de diciembre, pero no pudo concretarse a falta de unos trámites.
No hay que olvidar que los antiguos dueños del palacete estuvieron muchos años sin hacerse cargo de los cuidados mínimos de uno de los emblemas de la ciudad, que presentaba un aspecto muy desaliñado y descuidado, lo que les costó numerosas multas por parte del Ayuntamiento.
Su historia
El palacete del Paseo de la Estación pertenecía a una de las familias ‘bien’ de Salamanca. Se edificó a finales del siglo XIX, cuando esta zona de la ciudad comienza a tener auge debido a la construcción de la estación de tren, entre 1880 y 1886. Por este motivo, no extraña que el ‘chalet’ del Paseo de la Estación fuera el lugar donde se cuenta que se instaló el consulado de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Esta casa fue mandada construir por Alfredo Sánchez Moyano, un abogado del Estado que llegó a gozar de tanto prestigio que fue nombrado delegado regio por el rey Alfonso XIII.