La consejera de Sanidad, Verónica Casado, explicó hoy que el brote de COVID-19 declarado ayer en Soria, al igual que el del Hospital Río Hortega de Valladolid, está controlado, con tres niños infectados, de 14, 13 y diez años, que han obligado a localizar, aislar y controlar a otras 23 personas. De ellas, todas han dado negativo, a las espera de tres pruebas por PCR.
ICAL
Precisó que el brote se registró tras una reunión entre familias, de ahí una nueva llamada a la prudencia y la responsabilidad individual, porque el virus no entiende de lazos familiares, sino de distancia interpersonal. Además, alertó de que en las últimas semanas se está observando un mayor caso de contagios en niños, pese a que suelen ser más asintomáticos, con el riesgo que ello implica para otras personas, según dijo al término de la reunión del Consejo de Gobierno.
Por lo que respecta al brote del Río Hortega, que alcanzó las 38 personas, todavía hay una persona ingresada y diez se encuentra en cuarentena. Además, al igual que en Soria, desde el momento inicial, todos los implicados en el brote fueron localizados, aislados y controlados.
Pese a estos foco, la consejera precisó que Castilla y León sigue en fase de «contención de casos», gracias a que el sistema está siendo «hipervigilante». En este sentido, agradeció a todos los profesionales de los servicios de Vigilancia Epidemiológica y a los médicos y enfermeros de Atención Primaria su papel en la detección, rastreo y seguimiento de casos para que la Comunidad se sitúe, además, entre las autonomías con menor incidencia en las últimas semanas, en concreto, con 0,13 casos acumulados por 100.000 habitantes notificados en los últimos siete días, frente a los 0,75 de la media nacional, y con 0,92 en las dos últimas semanas, muy por debajo del 4,99 del conjunto del país.
Menor letalidad
La consejera explicó que son buenas noticias, más cuando la Comunidad ha sido de las más castigadas, algo que confirmó esta misma semana el estudio Nacional Sero-Epidemiológico (ENE-Covid19), que indica que el 7,8 por ciento de la población de Castilla y León tiene inmunidad frente al COVID-19, cuando en España la cifra se cierra con un 5,2 por ciento. A lo que se une, que fue la tercera comunidad más golpeada por el coronavirus, al presentar el tercer porcentaje de incidencia más elevado del país, aunque por detrás de la Comunidad de Madrid (11,7 por ciento) y Castilla-La Mancha (9,6 por ciento).
Peso a ello, la tasa de letalidad fue menor, de un 1,4 por ciento, frente a otras que alcanzaron el 3,3 por ciento, así como las tasas de profesionales infectados, con un 5,9 por ciento, frente al 10 por ciento de la media de España, y todo pese a las dificultades de contar con EPIs, recordó la consejera.