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Juan Carlos Herranz: las manos del otro ‘santo’ del mundial

El fisioterapeuta salmantino de la selección española recuerda cómo vivió una competición que pasará a la historia y cuál fue su aportación en aquel equipo mágico
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Juan Carlos Herranz en su clínica de fisioterapia.

No fueron las manos de Iker Casillas, ni la cabeza de Puyol, ni el corazón de Ramos, ni la puntería de Villa, ni el gol de Iniesta… no. Pero su figura fue también clave en la consecución del título más grande en la historia del fútbol español: el Mundial de Sudáfrica, según relata la La Crónica de Salamanca.

 

Sí, fue un 11 de julio de 2010, hace ya una década, cuando en muchos momentos parece que fue ayer, hace una semana o, como mucho, un mes. Juan Carlos Herranz (fisioterapeuta de la selección) se convirtió en uno de los grandes protagonistas del éxito español, llevando el nombre de Salamanca por todo lo alto, con una función que muchas veces está a la sombra.

Hacer que el jugador tenga armonía entre cuerpo y mente, ‘colocar’ en su posición todos los puntos de referencia y prevenir cualquier tipo de lesión es una labor clave en el deporte, y más en una competición como un Mundial, en el que cualquier error te manda para casa. Ya nos ha pasado muchas veces.

Habla alguien que hace ‘milagros’ desde su clínica del barrio de Garrido de Salamanca, donde recuperó a Santi Cazorla (como a otras tantas personas) para mostrar de nuevo su mejor nivel, además de llevar su método a una selección en la que lleva desde el año 2005 (en la Federación desde 1999), con cuerda aún para rato, ya que su objetivo es estar en la Eurocopa de 2021.

Juan Carlos Herranz no paró el penalti a Cardozo, tampoco sacó un pie mágico ante Robben, ni marcó cinco goles en el Mundial o se elevó ante los alemanes para marcar un gol que dio el pase a la final, no. Ni marcó el gol ante Holanda en el minuto 116 de una final para la historia; pero sí ayudó a que todos y cada uno de esos momentos se hiciesen realidad. Y eso también merece su reconocimiento…

Diez años después de la gesta: “Hablando el otro día con un paciente lo recordaba. Han pasado ya diez años y parece que ha sido hace un mes; todo ha ido muy rápido y, a veces, parece increíble”.

¿Ha vuelto a ver las imágenes?: “No soy mucho de ver imágenes, la verdad, ni de vídeos y partidos. Si lo veo es porque alguien cercano a mi lo ve, pero no me gusta verme mucho en la tele y me parece algo raro. Es verdad que cuando visiono algo y te ves ahí, dices… ese soy yo y parece increíble que hayamos vivido algo como eso”.

Campeón del mundo: “Cuando ganamos, en ese momento no éramos conscientes de lo que podía suponer todo esto. A mí no me ha cambiado la vida y lo veo como un deporte, una hazaña; no cabe duda de que es algo muy bonito, pero no le doy más importancia del plano deportivo”.

Su mejor recuerdo: “Ya no ganar por la propia selección en ese momento y sí por el trabajo que se hizo durante todo ese tiempo, con momentos de sufrimiento. A veces depende de que la bola quisiese entrar en una portería u otra; muchas veces se hacen grandes trabajos que no se ven recompensados y éste fue un caso positivo, aunque la fortuna tiene mucho que ver en ganar o no ganar”.

Su labor en la selección: “Nuestro trabajo fue tener a punto a los jugadores en todo momento; no ya tanto por las lesiones, porque no hubo muchas, pero sí para evitar que lleguen a tener una lesión. Hay situaciones inevitables como un golpe producido por una entrada, pero lo que depende de nosotros es fundamental. Nuestra primera labor es evitar las lesiones que precisamente se pueden evitar”.

El aspecto psicológico: “En cuestión de cabeza, el inicio fue duro porque caímos contra Suiza y siendo mejores que ellos, aunque no se reflejó en el resultado. Por eso, el partido contra Chile fue tan duro, porque veíamos la cara a la gente desencajada ante todo lo que nos jugábamos, y más en un choque tan dura contra una selección como ésa. Luego se nos puso un poco todo a favor con la victoria y ser primeros de grupo y, a partir de ese momento, fue todo un ‘subidón’ y no digo que fuese todo rodado, pero sí con grandes expectativas de hacer algo grande como así fue”.

La parada de Casillas – el gol de Iniesta: “Son jugadas tan rápidas y tienes tanta tensión, que muchas veces no sabes ni lo que puede pasar. Pero cuando Robben se quedó solo y tan fácil, pensamos que se nos iba el Mundial; y luego, el gol de Iniesta, cuando ves que entra la pelota y que casi no hay tiempo para más, fue una locura, se te acelera el corazón… en ese gol se ve tu triunfo porque si llega a marcar Robben, no estaríamos hablando de esto”.

¿Volver a ser campeones del mundo?: “Esto le ha ocurrido a más selecciones como Francia o Alemania; los equipos pasan por etapas en las que se tiene que alinear todos los astros; si es difícil ganar el campeonato de mus del bar de al lado de tu casa, como para no serlo cuando hablamos de un Mundial de fútbol. Tenemos grandes futbolistas, pero además de hacer un gran trabajo, tienes que tener suerte porque en algún momento de todos los campeonatos que hemos ganado, me vi fuera de ellos. Por ejemplo, el día de Paraguay… Iker paró el penalti y marcamos rápido, pero hubo momentos complicados”.

Ganar un Mundial, ¿igual que las Eurocopas?: “Ganar el Mundial es lo más grande que hay, pero la primera Eurocopa que ganamos fue muy especial; sin contar la que ganamos en 1964, era una lucha que llevábamos desde hacía muchos años… pasó un tiempo difícil porque Luis Aragonés había confiado entonces en un tipo de jugador diferente al de antes. Le habían llovido muchos palos y era ‘Raúl selección’ todo el rato; fue todo muy duro y contó con jugadores que incluso mucha gente ni conocía. Hubo una piña muy grande en la selección entonces y la Eurocopa de 2008 no te digo que estuviese al nivel de lo que supone un Mundial, pero fue algo muy grande también, un título que llevábamos buscando mucho tiempo”.

Ver la Copa del mundo cada día: “Mis amigos se ríen… hace poco vinieron a mi casa y me dijeron que si les podía enseñar la medalla y la réplica de la Copa del Mundo. La verdad es que las dos cosas las tengo metidas en un cajón, no las tengo expuestas en mi casa. Me echaban la bronca porque no lo entendían; lo que más te queda son los recuerdos y eso te lo llevarás siempre”.

Contacto con los jugadores: “Hombre, como en todos los ámbitos, cuanto más tiempo pasa, vas dejando la relación un poco más de lado, especialmente cuando no hay contacto a nivel físico. Cada uno está en su mundo y aunque de vez en cuando hay mensajes o llamadas, se van perdiendo las relaciones”.

El futuro con Luis Enrique: “Ahora Luis le va a imprimir mucho carácter a la selección; podemos empezar a hacer algo de nuevo grande, aunque sin los jugadores de antes. Pero es que ahora no existen, salvo alguna excepción como es el caso de Cazorla. Es un viejo ‘rockero’ que ahora parece que está mejor que nunca, pero de esos ya no hay y era los que teníamos. Pequeños, pero mira…”.

¿Verá el partido?: “No sé ni lo que haré; tenía que ir a Madrid para una historia, pero no puedo acudir, ya veremos a ver…”.

Mundial, Eurocopas… ¿o recuperar a Cazorla?: “Son dos cuestiones que van unidad; el hecho de ayudar a una persona que está desahuciada es muy grande, pero no solo con Santi, también con el resto de la gente que pasa por mi consulta y sus dolores incompatibles con la vida. Poderles ayudar es maravilloso; al final, el tipo de tratamientos que hacemos en la selección es sota, caballo y rey porque no hay grandes lesiones, pero donde hay problemas es en consulta como le ha pasado a Santi o a cualquier otra persona”.

¿Rompimos complejos?: “Creo que sí; pero, ahora llevamos dos torneos más y no lo hemos hecho bien. Habrá que empezar a romper maleficios de nuevo”.

El fútbol y la Covid-19: “Se trata de gente muy preparada; cuando el deportista empieza a estar bien es cuando compite, es lo que le da un plus. Después del parón, en el fútbol, estamos viendo que hay más lesiones; y se nota, claro. Pero pese a estar en su casa, no han parado de hacer ejercicio”.

Santi Cazorla: “La verdad es que es una gran sorpresa; nosotros sabíamos que podíamos hacer un buen trabajo y así fue. Pero muchas veces la gente me preguntó que si podría volver al mismo nivel al que estaba antes; yo lo único que decía es que si era capaz de recuperarle, un jugador con la calidad que tiene él, no la iba a perder del día a la noche. Le costaría un poco más o un poco menos, y ha demostrado que está bien físicamente y gracias a su calidad ha podido volver a rendir e ir a la selección un jugador de esa edad. Y es que, es un tipo de jugador que ahora mismo no hay en España”

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