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La Lenteja de la Armuña, un producto de calidad en horas bajas

El bajo precio en origen hace que las ganas de sembrar de los agricultores de Salamanca estén desapareciendo
Lenteja de la Armuña
Lenteja de la Armuña

¿Qué pasa con la Lenteja de la Armuña en Salamanca? ¿Por qué los vocales de la mesa de cereales no fijan un valor orientativo para esta legumbre? El bajo precio en origen de este cultivo hace que, al menos por el momento, no haya un precio fijado ya que podría ser peor para los productores y así cada profesional podrá negociar el valor que pueda con el comprador.

“La realidad es que el mercado está muy parado, porque la legumbre en general tiene poco precio en los mercados internacionales y el virus tiene todo muy paralizado por el momento. Es cierto que en el confinamiento hubo un repunte importante en las ventas, porque la gente se asustó y empezó a comprar legumbres, arroz o pasta… e incluso los propios envasadores adquirían Lenteja de la Armuña porque así lo demandaba el consumidor. Este hecho también ha provocado un mayor parón en los mercados porque la gente tiene suministro y no ha consumido lo que compró en su momento”.

Así lo ha explicado el director técnico de la Asociación Legumbres de Calidad, Nicolás Armenteros, quien apunta además a que el verano “es una mala fecha para el consumo y hasta septiembre no hay un inicio de las ventas”.

La situación de los precios no es nueva en este sector, ya que vive instalado en algunos ‘dientes de sierra’, con años positivos, otros normales y otros en los que el precio deja mucho que desear y dista de la rentabilidad. No en vano, afirmaciones como éstas se oyeron en la última sesión de la mesa de cereales de la Lonja de Salamanca, por parte de los productores:

“Salamanca fue bandera en estos cultivos y lo hemos dejado pasar; no podemos poner 500 euros porque tiramos más por tierra estos cultivos”, dijo Juan del Pozo.

“Yo no tocaría el precio de las leguminosas y es mejor esperar un poco”, señaló Jesús Escudero.

«Sacar los garbanzos a 500 euros o las lentejas, si lo sacamos a esos precios, terminamos con ellos; para eso, es mejor no cotizar y que cada uno venda como pueda”, explicó Herminio Velasco.

Y es que, para muestra, un botón; ¿cuál ha sido el precio de la Lenteja de la Armuña en la Lonja de Salamanca en los últimos años? El más bajo data de julio de 2006, con 750 euros por tonelada, mientras que el más elevado tuvo lugar en julio de 2011, con 1.400 euros. También destacan los 940 euros/tonelada de julio de 2008, los 1.330 de julio de 2010, los 850 de 2013 o los 900 de agosto de 2018.

El precio, un asunto complicado

“El precio es algo difícil de definir y si alguien no puede valorarlo soy yo… es cierto que el valor de la Lenteja es fruto de las negociaciones entre productores y compradores; nuestra función es regular la calidad del mismo y que siempre sea la máxima posible, no podemos fijar una tendencia, porque queremos que las dos partes queden siempre satisfechas”, señala Nicolás Armenteros.

No en vano, el director técnico de Legumbres de Calidad sí reconoce que el agricultor “está un poco desesperado porque la producción media no ha sido muy buena, con unos 800 kilos por hectárea, cuando lo que cubre el coste de producción son 600-700 kilos; como no haya un precio más alegre, la rentabilidad, si la hay, va a ser muy justa. Esto provoca que el productor se desespere y opte por no sembrar o hacerlo en menor medida”.

Otro aspecto importante para Nicolás Armenteros es que se trata de una situación “cíclica, que se repite varios años. Ahora hablamos de esto, pero a lo mejor dentro de un tiempo cambia todo y hay menos producción a nivel mundial y el mercado local se puede activar de nuevo. He visto muchos malos momentos y espero que no sea el último, porque significará que el sector ha remontado tras dos años malos”.

La realidad de la Lenteja, aunque parezca lejano, es que el precio internacional también influye. “En el mundo, los países que más producen son India (todo para su propio consumo), por lo que la mayor influencia viene de EEUU y Canadá, también Turquía, que producen millones de hectáreas”, reconoce Armenteros.

Por último, señala que otro aspecto a tener en cuesta se basa en el que sector está triste porque cada vez “es más difícil cultivar. Las nievas medidas de uso de fitosanitarios son muy restrictivas y eso hace que existan malas hierbas de una campaña a otra, disminuyendo la siembra. Creo que hay que apoyar más a este sector y que la nueva reforma de la PAC así lo contemple en ayudas”.

Nicolás Armenteros lanza un mensaje claro: “Tenemos una gran calidad, exquisita…a ver si podemos defender nuestras lentejas en el mercado y dar la cara por ellas para que cuando lleguen octubre y noviembre el productor se anime a sembrar”.

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