El Producto Interior Bruto (PIB) de Castilla y León cayó en el segundo trimestre de 2020 un 18,8% en términos interanuales como resultado del estado de alarma, lo que supone el peor dato de la serie histórica. Este descenso se inició en los primeros meses del año, con una caída del 3,2 por ciento que se ha acentuado entre abril y julio con un registro intertrimestral se situó en el -15,2 por ciento.
ICAL.- El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, presentó este lunes la Contabilidad Regional correspondiente al segundo trimestre de 2020 en una rueda de prensa en la que calificó de “recesión muy relevante” la evolución de la economía de la Comunidad durante los peores meses de la crisis sanitaria por el coronavirus.
Fernández Carriedo recordó que la actividad económica estuvo casi paralizada en esos meses, ya que el estado de alarma no se levantó hasta el 21 de junio, y reconoció que “se ha vivido el trimestre peor”, aunque consideró que los dos que quedan “no serán tan malos” y el “mejor” estimó que será el primero, entre enero y marzo.
Aunque la “recesión es muy relevante” con la caída de todos los sectores, a excepción del sector primaria, afirmó que es “menor intensa” que en España, con un descenso del 22,1 por ciento, aunque superior al -15 por ciento de la Zona Euro de 19 y del -14,1 por ciento de la Unión Europea de 27.
La evolución en los próximos meses de este ejercicio estará marcada por la situación sanitaria, manifestó Fernández Carriedo que no se atrevió a realizar una estimación, ya que solo indicó que la caída media de este primer semestre del año es del 11 por ciento.
La agricultura resiste
Durante el segundo trimestre de 2020, en términos interanulaes, retroceden todos los sectores a excepción del primario y los servicios de no mercado. El valor añadido bruto del sector primario fue del 7,7 por ciento (9,4 en el periodo anterior), dado el aumento de la producción agrícola que no se vio compensada por la ganadera, en concreto lechones y lechazos.
La industria industria decreció un 22,8 por ciento, frente a un -3,4 por ciento del periodo anterior, por la caída de la rama manufacturera en un 24,4 por ciento (4,5 por ciento en el anterior), mientras que las ramas energéticas sufrieron un descenso inferior del 2 por ciento (9,3 por ciento crecieron en el anterior trimestre).
Otro sector que sufrió un impacto mayor por el retroceso de la actividad económica de este segundo trimestre del año ha sido el de la construcción, con una variación interanual del 24,5 por ciento (-8,4 en el precedente), debido a la caída de la edificación e ingeniería civil.
El sector servicios anotó en el mismo periodo una tasa interanual del 18 por ciento (-2.9 por ciento en el anterior), con un decrecimiento en el componente de mercado, que se contrajo en un 24 por ciento, y una desaceleración en el no mercado del 1,7 por ciento sobre el 3,8 del primer trimestre.
En el segundo trimestre, se produce una contribución negativa de la demanda interna que pasa de -3,9 a -18 puntos porcentuales y el sector exterior anotó de 0,7 a -0,8 puntos en el mismo periodo.
El gasto en el consumo final descendió un 14,2 por ciento (-2,5 por ciento en el primer trimestre) por la caída del gasto en el consumo final de los hogares (-20 por ciento), mientras que las administraciones públicas registraron un crecimiento del 3,4 por ciento, una décima menos que en el primer trimestre.
La inversión se hundió con un registro del -27,8 por ciento (-8,4 en el precedente), tanto por la caída de la construcción (-27,4 por ciento) como por la inversión de bienes de equipo, que igualmente experimenta un retroceso de 28,4 por ciento (-5,5 por ciento en el precedente).
El empleo refleja una variación interanual del -11,6 por ciento sobre el -0,5 por ciento del trimestre anterior, medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, con descensos en todos los sectores productivos superiores a los registrados en los primeros meses del año.