El año más atípico de su carrera va a ser el que defienda la portería del CD Guijuelo, que ha tenido muchos y muy buenos inquilinos en el pasado
Pero, eso no parece importarle a un Carlos Molina que antepone sus números a los del equipo, en una temporada en la que el Guijuelo debe estar en esa Liga Pro y demostrar que en ese subgrupo con muchos ‘gallos’, son uno más.
Ilusiones renovadas para este cartagenero de 29 años que no hace mucho defendió los colores de Unionistas y que fue rival del que hoy es su equipo. Más maduro, perfeccionista y sincero, reconoce que ponerse en manos de Xavi Álvarez es una bendición por todo lo que le aporta dentro y fuera del terreno de juego; se entienden tan bien, quizá porque los dos son muy perfeccionistas. Y es que, en una categoría como ésta, los detalles te pueden levantar al cielo o hundir en los infiernos.
Carlos Molina defiende a capa y espada su trabajo, el fútbol, que le da de comer cada día y que es como cualquier otro para poder sufragar gastos, vivir… en definitiva, intentar hacer una vida normal en mita d una pandemia.
Ilusiones renovadas: “Será la temporada más rara de mi carrera y de todos los que nos dedicamos a esto, igual que para vosotros, los medios de comunicación. Pero tengo muchísima ilusión porque es atípica y haya algo diferente como es llegar a la Liga Pro como mínimo, y ya no es lo mismo que mantener la categoría y conseguir algo más. Siendo realista, el objetivo del Guijuelo debe ser, como mínimo, llegar a la Liga Pro”.
Dueño de la portería: “Me gusta ser cauteloso; ahora entreno con Aliste y Javi y van a traer un compañero para que haya competencia y eso es algo muy bueno, para no relajarse. Me siento como todos los años, siempre intento mejorar… al final yo no compito contra mi compañero, lo hago contra mí. Tengo muchas manías a la hora de corregir cosas y me exijo demasiado; todo ello, al final te obliga a luchar contra ti mismo”.
La Ley de Segunda B; buen portero – buen delantero: “Bastante presión hay ya con saber que tienes que hacer tu trabajo bien y saber que eres el último muro que queda por batir. Si además de eso, te metes más, no es bueno; cada uno tiene que hacer sus números y lo primero es el objetivo colectivo, porque el individual viene solo”.
Su ‘ángel’ Xavi Álvarez: “Ha sido el año en el que mejor he llegado a la pretemporada; y se debe a que Xavi ha estado muy encima mandándome ejercicios, trabajo… y ha hecho el esfuerzo de venir algunos días sueltos desde Salamanca para entrenar con nosotros. Me aporta intensidad y es crítico a la hora de corregir, algo que a mí me gusta porque yo soy muy perfeccionista. Un día le dije que, si me veía relajadito y me tenía que dar un palo, no había problema. Me gusta mucho trabajar con él porque sabe mucho, es intenso y te cuida mucho el aspecto psicológico; saca lo mejor de cada uno”.
Subgrupo con mucho ‘gallo’: “No me asusta, me gusta; creo que es bueno respetar a todos los rivales porque eso te ayuda a no confiarte de más. En Segunda B hay que trabajar mucho y nosotros vamos en ese camino, me gustaría poder dar la sorpresa en algunos de esos campos históricos”.
¿Se sintió ninguneado?: “Me ha dolido bastante escuchar comentarios de gente que sí tengo relación… del estilo, “es que el fútbol no es tan importante”. Mi respuesta ha sido que mi mujer y yo llevamos viviendo del fútbol desde los 18 años; la gente tiene que entender que no es un deporte para que la gente lo disfrute de fuera, es un trabajo más. Igual que alguien va a la oficina y está cerrado con sus compañeros y no se hacen pruebas, porque lo sé, nosotros sí que nos hemos hecho pruebas. Me da mucha rabia porque lo he hablado con gente cercana a mí; no solo vivo yo del fútbol; ¿por qué mi trabajo no tiene derecho a volver y otro sí? Sabemos que habrá positivos, pero poco a poco podemos volver y hay que vivir con ello para solucionar esto de la mejor manera posible”.
