[dropcap]H[/dropcap]ace seis meses empezó la pandemia, pocas personas pensaron en la posibilidad de vivir algún día una situación tan anómala.
Como ya comenté en otros artículos, he colaborado en diferentes medios digitales y aunque siempre disfruté de la fotografía, nunca viví situaciones excepcionales, salvo algún pequeño incendio, alguna inundación o alguna manifestación que rompiera el ritmo habitual del periódico.
Cuando ocurre un hecho excepcional, se vive con más intensidad. Narrar en imágenes momentos concretos procurando un orden cronológico, un hilo conductor que apoye la redacción de la noticia, es algo que siempre motiva.
Comencé mi relato de la pandemia con fotografía de interior, luego desde el balcón y continué a pie de calle buscando la ciudad vacía, el aplauso de las ocho, el mundo tras una mascarilla, las colas interminables, los controles pcr, las manifestaciones, la cartelería en fachadas o comercios, la naturaleza en tiempo de confinamiento… etc.
Voy creando un archivo con documentos fotográficos que tendrán más interés para quienes están por venir que para nosotros. En definitiva, desde hace seis meses procuro documentar todo lo que está dentro de mis posibilidades, pues la pandemia no ha terminado.
Hoy Ilustro el texto con algunas imágenes documentales de estos seis primeros meses.
P.d. Desde aquí quiero reconocer el valor humano y profesional de todas las personas dedicadas a la información que nos contaron lo más duro del confinamiento, bien desde la redacción o bien haciendo trabajo de campo en los hospitales, en las residencias, los tanatorios…
Gracias por estar ahí.