«Tras una desescalada hecha deprisa y corriendo para salvar la campaña turística veraniega, se ha dejado de mirar definitivamente por nuestra salud y se ha dado únicamente prioridad a reanudar la actividad económica y el consumo, pero, eso sí, limitando los derechos del pueblo trabajador. Además, hemos vivido una alternancia entre el endurecimiento de ciertas medidas restrictivas y la relajación de las mismas, siempre en función de los intereses de los grandes empresarios de la ciudad». Este diagnóstico de la situación corresponde al análisis que realizan los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Salamanca ante el nuevo confinamiento.
Indican que «parece ser que la permisividad que ha existido con los grandes establecimientos hosteleros se nos olvida, siendo estos los que han priorizado sus beneficios a la seguridad de los usuarios y de sus propios trabajadores. Mientras tanto, se busca generalizar ciertos comportamientos irresponsables de algunas personas y culpar a la juventud y los universitarios de la situación actual, creando una campaña de criminalización que ya viene de lejos».
En cuanto a la Universidad de Salamanca, afirman que «es evidente que uno de los principales factores para recuperar la presencialidad ha sido la presión de hosteleros e inmobiliarias, interesados en la vuelta a la ciudad de miles de universitarios, siendo secundario asegurar unas condiciones adecuadas para la educación. Vemos grandes aglomeraciones de alumnos en diferentes instalaciones que imposibilitan las distancias de seguridad; existe una organización caótica al intercalar clases presenciales y online que hacen imposible la asistencia para muchos de los estudiantes; falta de espacios de estudio; falta de sensores de temperatura en todos los centros; etc.», explican.
Este colectivo considera que la situación en colegios e institutos «es también muy complicada, ya que los refuerzos de personal están siendo insuficientes y no se están adaptando las instalaciones a las nuevas necesidades, lo que hace que exista una masificación de las aulas que las convierte en posibles focos de contagio. Se ha decidido volver a la docencia presencial en estos centros, fundamentales para que los padres y madres puedan seguir trabajando, ya que no existen medidas efectivas de conciliación laboral y familiar, algo que se ha agravado en este nuevo contexto».
A todo esto se le suma, según indican, «la dramática situación en la sanidad salmantina y, sobre todo, en la atención primaria. Apenas ha habido un refuerzo de las plantillas sanitarias, existe un colapso de los teléfonos de atención sanitaria, grandes listas de espera, constantes brotes en residencias de mayores, el retraso continuo de la apertura del nuevo hospital, el aumento de la presión sobre las UCIs, etc. Nos encontramos en medio de una crisis sanitaria y lejos de solucionarse las problemáticas que durante años lleva arrastrando nuestra ciudad, estas se están acentuando enormemente».
Las repercusiones negativas en la salud de los salmantinos y que no solo se refieren al Covid-19 se suman «al empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora, que ya está sufriendo las consecuencias del estallido de una crisis económica generalizada: ERTEs, despidos, paro, penosas e insalubres condiciones laborales y la miseria vivida por multitud de familias trabajadoras».
Todas estas contradicciones les llevan a concluir que «somos nosotros, la clase trabajadora, la que está pagando las consecuencias de esta crisis económica, agravada por la crisis sanitaria, y son las diferentes administraciones las que están priorizando la producción y el consumo ante nuestra salud. Las nuevas medidas hacen que no podamos ir durante el fin de semana al pueblo o a hacer senderismo a la sierra, pero que tengamos que ir cada día al trabajo, pase lo que pase. Se limitan las reuniones a un máximo de 6 personas, pero si el gran empresario de turno lo necesita, se crean situaciones de gran peligrosidad para el contagio, como la vivida el pasado viernes con la grabación de Máster Chef en plena plaza mayor», agregan.
Ante esta situación, desde el Partido Comunista de los Trabajadores de España y los Colectivos de Jóvenes Comunistas de Salamanca reivindica la nacionalización «bajo control obrero» del sector sanitario, el aumento del profesorado y demás personal necesario para reducir la masificación en las aulas y, por último, el cumplimiento estricto de las medidas sanitarias y de seguridad en todos los centros de trabajo.
1 comentario en «Otra visión del confinamiento»
No puedo decir más que el artículo tiene una descripción perfecta del problema, le doy la razón en todo y llega al párrafo final presentando una solución ilegal como es: la nacionalización «bajo control obrero» del sector sanitario.
¡Qué desilusión por un segundo pensé que había encontrado a alguien que pensaba igual que yo!